Nació el 12 de octubre de 1908 en Oviedo, donde su padre Ennrique Vidal Bobo natural de Lalín, era delegado de Hacienda. Cuando tenía dos años se trasladó a Ourense y después a A Coruña. Sus raíces familiares están en Lalín y siempre se consideró gallego. A lo largo de su vida, pero sobre todo en su infancia y juventud, pasó largas temporadas en la casa que su padre y sus tías tenían en Lalín, lo que le permitió entrar en contacto con el astrónomo Ramón Aller, muy amigo de su padre. La huerta de su casa era colindante con el observatorio de don Ramón, jugaba en la huerta, mientras el sabio estaba trabajando en su observatorio, fue sin duda quien influyó en su vocación de matemático y con quien mantuvo una intensa y continua relación de profesión y de profunda amistad a lo largo de toda su vida.

Inició sus estudios en Ourense, cursó la primera enseñanza en los Hermanos Maristas, realizó los dos primeros cursos de Bachillerato en A Coruña y lo termino en el Instituto de Santiago en 1926. Comenzó sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias de Santiago, donde cursó los dos primeros años de la licenciatura, aunque el segundo curso estudio en Lalín con don Ramón y se fue examinar por libre a Santiago, después se trasladó a Madrid para continuar los estudios de Ciencias Exactas, donde tuvo como profesor al insigne matemático Rey Pastor. En enero de 1931 realizó los exámenes de Licenciatura en la Universidad Complutense de Madrid y en 1944 obtiene el título de Doctor en Ciencias Exactas por la misma Universidad, con una tesis dirigida por Ramón Aller titulada: El problema de la órbita aparente de las estrellas dobles visuales.

Toda su trayectoria profesional fue la dedicación a la docencia. En 1933 obtiene por oposición la plaza de catedrático de Matemáticas de Instituto y es destinado al Instituto de Santa Cruz de la Palma (Canarias), donde sólo permanece unos meses, ya que fue pensionado a Ginebra, luego volvió a Galicia, enseñando en los institutos de diversas villas: Monforte, A Estrada, Vigo, Pontevedra hasta recalar en Santiago en el Instituto Arzobispo Gelmírez, compaginando su cátedra con la de profesor ayudante en la Facultad de Ciencias. En 1953 estuvo en Lausanne (Suiza) trabajando con el profesor Rham pensionado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

En 1955 obtuvo por oposición la cátedra de Geometría Diferencial de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago de Compostela, que desempeñó durante veintitrés años y desde su creación en 1968. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas de dicha Universidad hasta su jubilación en 1978. Desde 1971 fue miembro de Numero de la Real Academia Gallega, ocupando la vacante que dejara don Ramón Aller, respondió a su discurso de entrada en la Academia Ramón Otero Pedrayo.

Sus contribuciones en diferentes campos de la matemática se centran principalmente en: Astronomía (Orbitas de estrellas dobles) que fue el tema de su tesis doctoral y en Geometría Diferencial e Integral (Curvas y superficies). Artículos suyos se recogen en múltiples publicaciones nacionales y en otras de prestigio internacional. Sus trabajos científicos superan con mucho medio centenar, la mayor parte de ellos sobre Geometría Diferencial. Fue el inventor de un ingenioso aparato conocido como Orbígrafo, construido en Zúrich (Suiza) para facilitar el cálculo de las orbitas de estrellas dobles.

Vidal Abascal creó una importe escuela y dirigió quince tesis doctorales, son muchos los catedráticos de Geometría Diferencial en España que se consideran discípulos suyos. También tuvo cierta dedicación a la historia de la ciencia y de la cultura, en la que dejó algunos trabajos que merecen ser recordados. Además de artículos biográficos sobre don Ramón Aller, destaca el discurso de apertura del Curso Académico 1973-74, titulado: "nfluencia de algunos matemáticos y universitarios en el renacimiento cultural de Galicia y una breve historia de la Geometría Integral y otra de Geometría Diferencial.

Hijo adoptivo de Lalín

Además de buen matemático, Vidal Abascal fue un hombre de una gran capacidad organizativa. Hizo las gestiones pertinentes para trasladar el Observatorio Astronómico de Lalín a Santiago y también tuvo que ver con la creación de una Cátedra de Astronomía para Ramón Aller. Alrededor del observatorio, también por su iniciativa, se creó un Seminario Matemático bautizado con el nombre de "Duran Loriga". Organizó los Coloquios Internacionales de Geometría Diferencial que tuvieron lugar en Santiago con cierta regularidad a partir de 1959, gracias a estos coloquios, muchos estudiantes y profesores pudieron ver y tratar a matemáticos extranjeros de primera fila. A punto de jubilarse, fundó e impulsó la Real Academia Gallega de Ciencias de la que fue su primer presidente y más tarde presidente de honor.

Es poseedor de varios premios y reconocimientos honoríficos: Medalla de Alfonso X El Sabio, otorgado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en 1949, por su trabajo Geometría Integral sobre las Superficies Curvas; "Premio de Investigación Xunta de Galicia", en 1989, concedido por el conjunto de su obra científica; "Officier dans l´Ordre des Palmes Académiques", concedida por el Gobierno Francés en el año 1974; "Medalla Castelao", concedida por la Xunta de Galicia en 1986, en reconocimiento a toda una vida dedicada a Galicia y fue nombrado Hijo Adoptivo de Lalín en sesión Plenaria del 23 de noviembre de 1964.

Además de matemático quiso ser artista y en este sentido desarrolló una meritoria labor pictórica, fue un gran pintor, cultivó sobre todo el retrato y una de sus debilidades fue pintar interiores eclesiásticos, capillas y sacristías; se inspiró en todo un repertorio de asuntos de raíz popular y también en los espacios urbanos. Tiene una ligera influencia de Vázquez Díaz y también de Laxeiro. Trata de hacer una pintura sincera, trabajando el color hasta que lo ve captado en el lienzo vigorosamente. Fue evolucionando desde una pintura intelectualista de la primera época, hacia una más sensual en la forma y el color que le permitió conseguir una lozanía llena de ternura en sus retratos.

Laxeiro

Fue amigo de Laxeiro, al que conoció ya en sus comienzos en Lalín, cuando cobraba diez duros por la reproducción pictórica de un retrato. Los dos convivieron y sintieron encenderse entre ellos la llama de la amistad. La vida de Laxeiro, cuenta Vidal Abascal, no fue fácil, nos recuerda cuando venía a pintar al Hospitalillo de Lalín, desde Prado, que está a siete kilómetros, soplando los dedos de las manos para que no se helasen en las frías mañanas de invierno. Pasaba por Lalín vestido con zuecos, zamarra y bufanda para estar todo el día pintando en una habitación desabrida, fría y destartalada, no se sabía dónde, cuándo y que comía. Aquellos años de su iniciación estuvieron esmaltados de frío, hambre, vocación y un olímpico deseo de triunfar, en ellos pintó sus mejores cuadros: "Niños en un carro", "La mujer del abanico", "Autorretratos"?. Recuerda como un amigo le llevo los cuadros en un camión a su primera exposición en Vigo a cambio de ayudarle a descargar los sacos de patatas y las dificultades económicas que pasó en Pontevedra, pagaba la comida con cuadros, su etapa en Vigo cuando ganaba lo suficiente para vivir y que al fin consigue exponer en Buenos Aires.

Enrique Vidal Abascal murió en Santiago de Compostela el 31 de octubre de 1994.

Vidal Abascal escribió un artículo para el periódico "La Noche" (14/12/1957), con motivo de la inauguración de la exposición en el Centro Lucense de Buenos Aire, titulado El Expresionismo Barroco de Laxeiro, donde habla de los comienzos de Laxeiro como pintor y de su pintura expresionista, escribe: "Conozco a Laxeiro desde hace muchos años, pensando en esa medida subjetiva e interna que cada uno tenemos, diría que lo conozco hace milenios. Este descubrimiento de que cada vida se proyecta también en el pasado, se lo debo a él y lo deduje contemplando sus cuadros.

Que nuestra vida es una eternidad hacia delante, es consecuencia de nuestra fe, unos años en la tierra y una eternidad para recordarlos, estas son las vidas vulgares. Los escogidos traen cuando vienen a la tierra un atisbo misterioso e intuitivo de la eternidad anterior y nos dan cuenta de ella, haciéndonos adivinar el futuro, con ese extraño fulgor de lo inesperado, al contemplar la eternidad antigua con que ya vienen dotados.

Galicia ha encontrado en Laxeiro la expresión de milenios de sueños y su fantasía nos descubre una fuerza honda decidida, mágica, llena de instinto vital; nos descubre la voluntad de vivir de un pueblo que parecía apagado y que en él vemos lleno de un fuego revuelto de esperanzas.

En la búsqueda de la escuela gallega de pintura, que irrumpe de golpe, como todos los acontecimientos creadores, con los pensionados de la Deputación de Pontevedra, marca un hito Laxeiro con su expresionismo barroco, rico en matices, que refleja un subconsciente lleno de fantasía y vitalidad de un pueblo que se ha recogido en sí mismo para soñar. Sus "nenos" los vemos repetirse en otros pintores y dibujantes, pero no por simple copia, es que logró establecer unas características que tienen un margen de coincidencia con el alma gallega, que intuyen más o menos esos distintos pintores. Ya antes de Laxeiro a esos "nenos" barrocos, blandos por fuera, pero toscos, duros y rebeldes por dentro, les da forma Castelao.

A la vista de los dibujos de Laxeiro, recuerdo cuando vino a A Estrada a contar aquellos cuentos llenos de primitivismo y gracia aldeana, pero ricos de imaginación y colorido: "O neno artimañeiro", "A rapaza garimosa", mientras los relataba iba pintando los distintos personajes con su estilo fuerte y sorprendente..

Luego Vigo, esa picaresca de Vigo tan llena de vacío, también marcó a Laxeiro?, pero al fin ya ganaba lo suficiente para vivir y ahora? Buenos Aires. Como dice Luis Trabazo en "Índice": "? bajo la máscara funambulesca de Laxeiro, se oculta un hombre serio: un gran corazón y un gran espíritu, atormentado siempre por su propia y tan basta imaginación, atormentado por los infiernos que inventa su fantasía, donde su alma padece y se quema, saliendo a refrescarse, para no morir abrasado, en sus tiernas flores de piedra y en sus cándidos carros infantiles".

Mucho me alegrará que Laxeiro tenga toda la suerte que su arte y su decidida y firme voluntad merece.