La segregación de fincas y la recalificación de suelo y la caducidad de licencias para construir explican que Lalín sea, de los seis municipios dezanos, el único que aumenta sus superficie de parcelas sin urbanizar en los últimos cinco años. Según los datos que maneja el Catastro, el primer semestre de 2014 se cerró con 13.875 fincas urbanas en Lalín en las que todavía no se ha construido. Ocupan, en total, 1.095 hectáreas. Si tomamos los datos de cinco ejercicios antes, en 2009 las fincas urbanizables de Lalín eran 13.849 (es decir, 26 menos) y con una superficie global un poco menor, 1.080 hectáreas. Es cierto que Agolada también sube el número de parcelas en las que se puede construir, pero se trata de un dato insignificante, ya que pasa de las 122 fincas a las 124, lo que supone un incremento, en superficie, de 0,16 hectáreas.

Lalín, como se ha reiterado en varias ocasiones, es el municipio dezano que más ha sufrido la parálisis de la construcción. La pérdida de vecinos y la marcha de emigrantes también contribuyen, además de la crisis, a que la urbanización de solares esté ralentizada. Pero también hay que pensar que en las últimas décadas ha sido el concello que más ha crecido. De ahí que municipios vecinos, como el de Silleda o el de Vila de Cruces, sí reduzcan su número de parcelas sin edificar durante los últimos cinco años. Estos dos municipios todavía tienen sus respectivos PXOM en trámites, de modo que se guían por las normas subsidiarias. En el caso de Trasdeza, en los últimos cinco años pasó de tener 665 parcelas sin edificar a casi medio centenar menos, en concreto 617 o, lo que es lo mismo, se edificó en casi siete hectáreas, ya que ahora están disponibles 23,88. Por lo que se refiere a Vila de Cruces, es el municipio que más reduce sus fincas disponibles, pero también el que construye en menos superficie. Si en 2009 contabilizaba 865 parcelas sin edificar, sobre una superficie de 52,5 hectáreas, en el presente año dispone de 790 fincas (bajó en 75), repartidas en 50,3 hectáreas, es decir, se levantaron inmuebles en poco más de dos hectáreas de terreno.

Dozón, sin ningún avance

A la hora de hablar de solares, hay que pensar en que los núcleos urbanos de los municipios más pequeños ya son, de por sí, más reducidos que los de Lalín o de Silleda. Pero además, con los planes de urbanismo se opta porque las parcelas urbanas queden restringidas al entorno más próximo de los núcleos de viviendas. Así se evita crear nuevos núcleos de población que acarrearían gastos en suministro de agua, luz y saneamiento. Sucede con el PXOM de Agolada (también en trámite) y ya ocurrió con el de Rodeiro. Este municipio dispone de solo 44 parcelas sin edificar (tres menos que cinco años atrás) o, lo que es lo mismo, 1,34 hectáreas de solares. Dozón, por su parte, durante el último lustro no ha registrado ningún tipo de edificación y mantiene intactas sus 27 parcelas, que en total apenas ocupan media hectárea. Es más, la superficie media de las fincas urbanas de Dozón es de 0,02 hectáreas, mientras que en Lalín alcanzan las 0,08.