Alcanzar un siglo de vida es todo un logro y hacerlo, además, con buena salud es un reto arduo aunque cada vez hay más personas que lo logran, como es el caso de Consuelo Turnes Martínez. Ayer soplaba las velas de su centenario y lo celebraba no solo con tarta, sino con otras sorpresas a lo largo del día.

Consuelo vive desde hace cuatro años en la residencia Geriatros de Lalín y fue el centro quien se encargó de los preparativos para la celebración. La jornada comenzó con el oficio de una liturgia cantada sobre las doce del mediodía pero fue por la tarde cuando se aglutinaron los festejos. La música reinó en el centro con la organización de un baile y, sobre las cinco de la tarde, una de las trabajadoras del centro sorprendía a Consuelo con una tarta en la que lucían las velas que indicaban que el centro sumaba entre sus filas una centenaria. Al son de la gaita del músico Plácido Rozas, del grupo tradicional Os Xuncos, Consuelo sopló las velas.

La homenajeada, natural del lugar de Pousada, en Vedra, goza de una muy buena salud y tan solo aqueja una pérdida de oído. Alcanzados los 100 años de vida, echa la vista atrás y recuerda las "grandes penurias" que pasó en su infancia en el seno de una familia humilde de siete hermanos. A sus hombros, toda una vida dedicada a la labranza en el campo. En su memoria guarda muy presentes los 57 años que vivió feliz junto a su marido Manuel Mogo, fallecido en 2011. Ahora su rutina diaria se reparte entre sesiones en el gimnasio y tardes de bingo.