El gremio local de taxistas de A Estrada está sufriendo en carnes propias los dañinos efectos de la crisis en la sociedad estradense. De hecho, los taxis locales han perdido en torno al 50% de su volumen de trabajo y, por consiguiente, también de facturación en los 3 últimos años. En concreto, la crisis ha motivado el desplome de los traslados de los que hasta hace apenas unos años eran los mayores usuarios del servicio de taxi: las personas de la tercera edad residentes en el rural que se desplazaban hasta la villa para efectuar sus compras o hasta el hospital para una consulta médica. Antes para desplazarse contrataban los servicios de un taxi aun cuando en su domicilio hubiese algún coche puesto que lo utilizaban sus hijos o nietos para acudir al trabajo. Pero el incremento del paro ha roto con esa tendencia. Al tener hijos o nietos en paro, los mayores del municipio no llaman al taxi sino que se desplazan en el vehículo de sus familiares. También se han desplomado los traslados al hospital o a los centros de fisioterapia que pagaban las mutuas. Estas han aplicado fuertes recortes y prefieren abonar a los afectados kilometraje a un precio que apenas cubre el gasto de gasóleo. Igualmente, han caído en picado los servicios de transporte de jóvenes que salían de fiesta el fin de semana y que preferían regresar a casa en taxi cuando habían bebido.