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El coraje no es cuestión de sexo

Las aloitadoras de Sabucedo demuestran su valentía en cada uno de los curros en la Rapa das Bestas

Sara, con 15 años, saltará al curro por segunda vez en esta edición.

El coraje no es cuestión de sexo. La valentía tampoco. Y la energía mucho menos. Cada año, las aloitadoras demuestran que estas afirmaciones son ciertas cuando saltan al curro de Sabucedo para luchar con los caballos que forman la Rapa das Bestas e intentan cortar sus crines en una intensa batalla entre el caballo y el hombre, en este caso, mujer. Siempre se habla de los aloitadores y pocas veces de las aloitadoras, aunque su trabajo es el mismo en Sabucedo. La genética de estas jóvenes les lleva a participar en los curros de la Rapa das Bestas sin un ápice de miedo y con todas las energías posibles. Se trata de Noemí, Sara, Paula, Lucía y Sheila, aunque hay algunas más que todos los años acuden al curro. Todas ellas medirán sus fuerzas la próxima semana en la nueva edición de la Festa de Interese Turístico Internacional de la Rapa das Bestas que se celebra en Sabucedo desde el día 4 al 7 de julio.

Noemí Vázquez comenzó a aloitar cuando tenía 17 años y fue en un curro al que acudían los niños de los colegios de la zona para conocer de primera mano como es la Rapa das Bestas. Explica que había pocos aloitadores para hacer el espectáculo y le tocó a ella. "Mi abuelo siempre me inculcó todo el tema del curro y lo de la subida al monte, que es lo más bonito que hay en la rapa", manifestó. Cuando le preguntan si siente miedo por saltar al curro, asegura que no, aunque nervios sí por todos los ojos que le miran durante la celebración.

Lleva dos años sin aloitar porque asegura que quiere "adelgazar unos kilos" para no necesitar ayuda al subir a los caballos. Se ríe al recordar que en una ocasión perdió un pendiente y un vecino lo encontró a los pocos días en el curro con un detector de metales. En otra ocasión, asegura que no tenía pensado aloitar hasta que la animaron a bajar de las gradas y con una camiseta y unos tenis prestados saltó al curro como los demás.

Sara Ricoy es una de las chicas más jóvenes que asiste al curro de Sabucedo. Con solo 15 años saldrá a escena este año, tras saltar una besta en la pasada edición, junto con su padre. Hasta el momento solo estaba en la zona de los potros pero quiere dar un paso más. Tras saltar su primera besta, esta le dio una patada en la boca y aunque la cosa podría parecer grave, Sara quiso seguir aloitando pero los aloitadores no le dejaron. "Solo tuve la boca hinchada un tiempo pero ya estoy perfectamente", explicó. A pesar del susto, su valentía le lleva a seguir un año más al frente de los caballos. "Al principio tenía un poco de respecto pero sino salía al curro sabía que me iba a arrepentir", aseguró.

Su hermana Andrea también es aloitadora aunque lleva un año sin acudir al curro por coincidir la Rapa das Bestas con los exámenes de la universidad. A Sara la valentía y el coraje le viene de familia así como la pasión por los caballos y todo lo que implica Sabucedo.

Sheila Míguez es una de las más veteranas en el terreno de arena. Con sus casi 37 años, empezó a los 26 con caballos de verdad, junto con su padre. Desde muy joven le inculcaron la ilusión por ser aloitadora, pero sobre todo por el monte. Explica que en el curro viejo "no se metía ninguna mujer" por eso comenzó tan tarde a aloitar. La primera vez que saltó al curro fue junto a su padre, del que asegura que no aloitaba desde hacía 30 años porque no le gustaba ese tipo de espectáculo. "Sentí mucha emoción ese día porque sé que lo hizo por mi", afirmó. Aunque siempre tuvo suerte y no rompió ninguna parte de su cuerpo, si recuerda con susto lo que sucedió hace años. "Me cayó una besta encima y me tiró hacia el muro, gracias que una persona puso la pierna entre el muro y yo, sino podría haberme pasado algo", explicó. Asegura que no tiene miedo porque están "muy concentradas" pero si siente "respeto por los animales".

Paula Quintillán lleva dos años sin aloitar por ser incompatible con su vida laboral. Asegura que saltar al curro supone un riesgo "para coger una baja por una caída" y lamenta que tal y como están "las cosas hoy en día", prefiere no arriesgarse. Paula comenzó a los 16 años a aloitar, coincidiendo con el último año de su padre, que tuvo que dejarlo por culpa de los dolores de espalda. Explica que al estar en el curro se siente "mucha adrenalina" que "no es comparable con otras cosas". "No tienes miedo, pero si respeto, hay que ir decidida", aseguró.

Esta aloitadora afirma que nunca recibió golpes importantes en su cuerpo porque siempre va acompañada de otra persona "que te ayuda cuando lo necesitas".

Por su parte, Lucía es una de las aloitadoras más jóvenes del curro. Sus compañeros dicen de ella que le sobran ganas y talento, y que dará mucho de que hablar.

Pero, sin duda, cuando hablamos de aloitadoras todo el mundo recuerda con cariño a Palmira Moreira, que falleció el pasado mes de abril a los 100 años. Palmira fue una de las aloitadoras que siguió con la tradición de la Rapa das Bestas cuando los hombres estaban en la Guerra Civil. Ellos luchaban por el país y ellas por mantener una tradición ancestral en Sabucedo. Nació en la Casa Vella da Rua Cega en el año 1914.

La Diputación de Pontevedra entregó en el año 2010 a Palmira, la Medalla de Oro de la Provincia de Pontevedra en el apartado del Turismo. Para su elección, la Diputación primó el hecho de que esta mujer fuese "una pionera en la Rapa das Bestas; que conservó una arraigada y peculiar tradición gallega".

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