El Concello de Lalín acometerá obras de reparación y acondicionamiento del tramo final del Paseo do Pontiñas, el comprendido entre la Avenida Xosé Cuiña y el lago de O Espiño. El proyecto contempla actuaciones de saneamiento del río -siempre que la Consellería de Medio Ambiente dé su autorización- así como de reposición del alumbrado público y de mobiliario.

La financiación procede del Fondo de Compensación Ambiental, es decir, la parte del canon eólico que percibe la Xunta de Galicia y que reparte entre los concellos que albergan parques en su territorio. A Lalín le corresponden 125.318 euros, de los cuales casi 90.000 se destinan a las obras del Pontiñas; otros 28.000 son para remozar depuradoras en el rural; y el resto es para costear la redacción de los proyectos de ambas actuaciones.

El alcalde, José Crespo, justificó la actuación en el Paseo do Pontiñas por ser "una de las tres cosas que más se usan en Lalín"; las otras dos son, a su juicio, el Lalín Arena y el consistorio. El proyecto contempla la reposición de un tramo de más de veinte metros de muro en las proximidades de la depuradora de aguas residuales que fue derribado por las crecidas del invierno. "Hay tres puntos concretos muy fastidiados", explica el técnico que elaboró el proyecto, Abel Mato; de hecho, el agua ya ha hecho "socavones, incluso una pequeña cueva" bajo el paseo en una curva del cauce. En todo caso, la actuación en los márgenes del río, aunque es de restauración de una construcción preexistente, está en el aire, porque depende de Medio Ambiente.

Una de las actuaciones más costosas, tanto desde el punto de vista económico como técnico, será la reposición del cableado robado para volver a dotar de alumbrado público este concurrido tramo del paseo. Para evitar nuevos robos, el cable que se colocará no será de cobre, como el anterior, sino de aluminio. Este material es peor conductor de la electricidad, por lo que el cable tendrá que ser más grueso y podría dar problemas al colocarlo, tal como explica Abel Mato. En el proyecto figura la colocación de lámparas de led, de menor consumo, en las 83 farolas existentes, además de la instalación de iluminación en zonas en donde no hay báculos, como la parte próxima al lago. Pero Crespo muestra dudas acerca de la colocación de lámparas led, porque cree que no aportarían suficiente iluminación y, por otro lado, teme que sean objeto de robo. Para incrementar la visibilidad nocturna en el paseo, el alcalde cree que sería preferible colocar dos focos dirigidos a los lados en cada uno de los báculos existentes, ya que éstos están bastante separados entre si. No obstante, para evitar los robos, es partidario de instalar bombillas de xenon, por entender que son de menor valor en el mercado negro. Lo que es seguro es que las luces llevarán un dispositivo de encendido automático para que estén operativas solo durante las primeras horas de oscuridad de la noche y durante las primeras de la mañana.

Las obras incluyen, asimismo, la reparación de daños provocados por actos vandálicos, como las vallas perimetrales. En cambio, no se arreglarán los baños, que ya han sido destrozados tres veces, ante el temor de que lo vuelvan a ser. "Ya los damos por amortizados", expone el regidor local, que compareció ayer en el propio paseo acompañado por los ediles Camilo González Bodaño (Obras y Servicios Comunitarios) y Antonio Rodríguez (Infraestructuras y Ahorro Energético). También se acometerán arreglos en el paseo peatonal y el carril bici en las zonas que estén deterioradas, así como en los bancos de piedra y otro mobiliario que esté dañado.