Marisa Rodríguez conoce muy bien la realidad de la comarca dezana, sobre todo la textil, porque estuvo implicada en las negociaciones entre la plantilla y la dirección de la empresa Montoto, otrora referencia de la economía lalinense.

-Tras Montoto la crisis se llevó a otros nombres punteros del textil y de la construcción. ¿Ha bajado el ritmo de cierres de empresas con respecto a años anteriores?

-Ya no cierran tantas empresas porque hay muchas menos, pero en líneas generales la dinámica de este año es igual o peor que la del ejercicio pasado. El Gobierno estatal habla de recuperación del empleo, pero eso es un espejismo, porque no podemos confundir número de contratos con puestos de trabajo, ya que buena parte de estos contratos pueden ser por horas. Es imposible que, como dice el Gobierno, se creen 600 puestos de trabajo en dos años, porque en los dos últimos se destruyó más de un millón. ¿Qué ocurre? Que los políticos trabajan ya en campañas electorales y prometen contratos, pero insisto, no son puestos de empleo.

-¿Es posible el reciclaje laboral?

-No, ni en Deza ni en ningún sitio. Aquí, en la comarca, la crisis nos llegó más tarde, por eso estamos tardando más en recuperarnos. De hecho, Lalín es una de las localidades que más ha sufrido la destrucción de empleo. Se ha marchado muchísima gente joven, y la de mediana edad está tan desahuciada que ni encuentra trabajo ni se siente capaz para volver a un empleo. No entendemos por qué no se produce una rebelión social. La crisis dura tanto que ya ha tocado a padres pero también a abuelos. A día de hoy y según los datos que acaba de dar a conocer la Encuesta de Población Activa, en Galicia hay 101 hogares con todos sus miembros en paro.

-¿Ni siquiera funcionan, a grandes rasgos, las ideas emprendedoras?

-No, porque el gobierno ahora quiere recuperar lo que no se ha cobrado a los emprendedores, aumentándoles las primas de pago.

-¿Las mujeres salimos peor paradas de esta crisis?

-Siempre estuvimos peor que los hombres, y si ahora da la sensación de que sobrellevamos el temporal, es porque nuestros salarios son más bajos.