El exportavoz del PSOE de Vila de Cruces, Javier Castelo, y el Concello preparan el juicio en el que se enfrentarán, el próximo día 29, tras la denuncia presentada por el actual trabajador municipal. El socialista recuperó su puesto de funcionario en el consistorio en marzo de 2013, tras renunciar a la portavocía del partido. Entonces, fue destinado a las dependencias de Vías e Obras, en el campo de la feria, una ubicación que interpreta como "una represalia política" por parte del alcalde, Jesús Otero, al apartarlo de las dependencias del propio consistorio en las que trabajó antes de su etapa política.

Castelo asegura que en este último año no ha habido ningún intento de acercamiento de posturas por parte del regidor. "Todo lo contrario, aún hubo amenazas por un artículo que publiqué en la prensa sobre las placas franquistas" colgadas en el centro social de Carbia. Explica que Otero se presentó en su oficina "amenazándome, diciéndome que tuviese cuidado con lo que escribía en el tiempo de trabajo; fue el último contacto que tuve con él", señala.

Entretanto, continúa en el mismo local del campo de la feria, que, asegura, "no reúne las condiciones mínimas de seguridad e higiene", a pesar de que una empresa especializada en prevención de riesgos laborales recomendó al Concello que hiciese algunos cambios, tras realizar una visita a las instalaciones. Además, el propio Castelo puso en conocimiento de Inspección de Trabajo esta situación, pero, según apunta, no obtuvo todavía respuesta.

La firma que sí revisó las dependencias realizó mediciones de temperatura, sonido y luminosidad. Sobre esto último, concluyó que los índices de luz "se acercaban a lo mínimo exigible", aunque, según Castelo, se comprometieron a volver para comprobar si se mantienen los niveles ópticos en días nublados, visita que todavía no cursaron. "No sé si es una obra o qué. ¿Entonces solo voy a ir a trabajar los días que haga sol?", se pregunta. Los niveles de ruido "dieron bien, porque casualmente aquel día no había las máquinas que habitualmente sí hay". En cuanto a la climatización, se queja de que hace frío "incluso en agosto" y que la oficina no tiene la altura mínima. Recuerda además que la empresa recomendó al Concello que separase la zona de tránsito de la maquinaria de la de paso de peatones, una señalización que, dice, "no se hizo" aún a día hoy.

En estas presuntas deficiencias y, sobre todo, en el encargo de tareas, será en lo que base sus argumentos en el juicio ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pontevedra. "Hasta que fui candidato no tuve problemas en el Concello", defiende.