La llegada del gas natural al casco urbano de Lalín está más próxima, aunque no con el proyecto previsto del Ministerio de Industria, consistente en la extensión de un ramal desde Cuntis que daría también servicio a A Estrada y Silleda. El alcalde, José Crespo, anunció ayer en pleno que en cuestión de semanas se conocerán más detalles sobre esta propuesta de Gas Natural. En principio la conexión a viviendas y empresas del suministro se realizaría mediante la construcción de una planta satélite, desde la que se llevarían acometidas a los hogares. A diferencia del Gas Licuado del Petróleo (GLP) que ya se oferta actualmente, este combustible supone un ahorro importante con respecto al primero que, según el alcalde, en un año podría suponer unos 300 euros, el equivalente a lo que abona una familia por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de su vivienda.

Los cálculos de Crespo están hechos en base a un consumo anual de unos 1.000 kilos de GLP, que suponen un desembolso de algo más de 1.200 euros, mientras que la factura del gas natural se rebajaría a poco más de 900. La canalización también repercutiría en las arcas municipales pues muchos de sus edificios públicos -el combustible de los colegios ya es asumido por la Xunta- se nutren ahora de GLP para calefacción. El ahorro, por ejemplo para los consumos de la casa consistorial, está cifrado en unos 14.000 euros. Una vez que la microplanta satélite podría construirse, ahora se plantea un problema. La canalización del gas natural puede llegar a través de los ramales existentes en las diferentes calles del casco urbano, pero esta infraestructura es propiedad de la sociedad Repsol, por lo que sería preciso un acuerdo entre esta empresa y Gas Natural. "La red existente sirve, ahora lo que tienen es que negociar las empresas, apostilló en el transcurso del pleno. En caso de que Repsol se niegue a ceder la canalización, sería preciso volver a levantar las calles para construir este nuevo ramal.

La negativa del Ministerio de Industria a desarrollar su plan estratégico frena la posibilidad de que localidades como A Estrada, A Bandeira o Silleda se beneficien del gas natural. El mandatario explicó que estos proyectos, si bien son financiados inicialmente por las empresas concesionarias del servicio, después corresponde al Ministerio de Industria abonar las obras. Así las cosas, actualmente el Estado no estaría por la labor de financiar este tipo de infraestructuras en todas las zonas del país de las que llegasen peticiones y solo se atenderían aquellas que fuesen más sostenibles. "Se hacen en función del consumo, de que haya masa crítica y este proyecto no llegará ni en 2018 ni en 2020", declaró el alcalde.

Este fue uno de los asuntos tratados en la sesión plenaria de ayer en la que José Crespo mantuvo en todo momento un tono conciliador con la oposición. LLegó a plantearles la posibilidad de mantener una reunión todos los meses al término del pleno para informar a los demás grupos de las líneas de trabajo del ejecutivo. Hubo tiempo para recordar la frustrada propuesta del gobierno de concentración. "Aquello era con el gobierno y nosotros preferíamos sin", declaró el veterano edil socialista Cristóbal Fernández Vázquez. "Ya, pero eso solo depende de la voluntad soberana del pueblo y los que gobernamos somos nosotros", le espetó el alcalde. El concejal del PSOE volvió a acusar a Crespo y a su grupo de entorpecer el trabajo de la oposición. Como ejemplo puso la consulta de expedientes para los que su partido fue citado dos meses después de haberlo pedido y con la prohibición de fotocopiar documentos. "Somos responsables del uso que se da a la información municipal", apostilló Fernández Vázquez.

En un pleno tedioso por momentos y de más de cuatro horas y media de duración, el munícipe lanzó varios anuncios para dar contenido a una sesión con una orden del día más bien pobre. Lanzó varias pullas al ministro Montoro por la legislación que afecta a las administraciones públicas cuando se aprobó una modificación de crédito consistente en dedicar 1,4 millones de euros a la amortización de deuda. Crespo censuró las normas cambiantes que, por ejemplo, impiden la contratación de personal para atender servicios. "Me preguntaron del ministerio por el número de empleos que había generado la restauración del Pazo de Liñares y les dije que cero; ¡si no podemos contratar!", espetó.

Aprovechó la referencia a la casona natal de Joaquín Loriga para anunciar que, tras más de dos años de espera, ya existe ubicación para el traslado del Museo Galego da Marioneta. La gestora del proyecto -la compañía Viravolta- aceptó el Pazo de Liñares como sede del museo y desveló que sus tres miembros trabajan en un proyecto de dinamización más ambicioso para el pazo y su entorno. "El objetivo, después de tener el pazo es darle contenido y tenemos que conseguir que por ahí pasen colegios de todo Galicia". El museo del títere -único en la comunidad- se distribuirá en una amplia sala situada en la planta baja, justo en la entrada a la izquierda. Ahí estará la sala de exposiciones, mientras que en otras dependencias irá un taller y la biblioteca. El acuerdo con Viravolta establece que los fondos actuales pertenecen al grupo fundado por Anxo García Fernández, Pilar Álvarez y Julio Balado, mientras que las nuevas adquisiciones pasarán a ser titularidad del Concello. Liñares también será sede, como estaba previsto, del Centro de Investigación da Cultura Castrexa que funcionará como espacio científico y a la vez apéndice del Museo Provincial de Pontevedra. Crespo avanzó además que existe un acuerdo con el profesor e investigador lalinense Gonzalo Navaza para crear en Liñares el Arquivo Histórico de Deza. Su contenido contará con referencias del archivo municipal y también se contactará con la Iglesia para que pueda aportar copias de documentos de notable valor histórico, así como la cesión de fondos documentales de pazos del municipio cuya trascendencia en la historia fuese clave. Por último, Liñares también será espacio para exposiciones periódicas organizadas por el Xacobeo sobre el Camiño de Santiago aprovechando que a pocos metros del pazo pasa la Vía da Prata.

Biblioteca

El grupo de gobierno se llevó un tirón de orejas de la oposición por decidir en solitario los usos del viejo consistorio. Socialistas y BNG sobre todo recriminaron al alcalde que no contase con los grupos políticos ni con los colectivos sociales para la recuperación de este inmueble que, tal y como planteó el Concello en noviembre, será en exclusiva para la biblioteca "Varela Jácome". Tanto Manuel González Aller (PSOE) como Xesús Cordeiro (BNG) reprobaron la decisión después del ofrecimiento del grupo de gobierno. En todo caso, se aprobó el gasto de 275.000 euros para un proyecto plurianual cuya inversión rondará los 600.000 euros. Otras partidas aprobadas fueron 169.000 euros para renovar el césped artificial del Manuel Ángel Cortizo, respaldado por todos los grupos, y obras, estas sí cuestionadas, por 52.200 euros para mejoras en el albergue de Mouriscade.

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