El gobierno lalinense ha esperado un tiempo antes de tomar la decisión de elaborar una ordenanza que establezca el control y la custodia de perros en espacios públicos. Pero las quejas vecinales por los excrementos de estos animales en parques infantiles y otras zonas verdes del casco urbano han empujado el ejecutivo presidido por José Crespo a diseñar una normativa, que comprenderá sanciones para aquellos vecinos que se la salten. Será una ordenanza semejante a otras ciudades.

El alcalde, José Crespo, anunció ayer esta decisión tras haber llegado a su despacho numerosas quejas vecinales por la cantidad de heces de perros que se pueden ver en zonas de juego y esparcimiento para niños. Entre otras, el mandatario citó el espacio público situado entre las rúas F, Maruja Gutiérrez o González Taboada, el "mal llamado jardín botánico" del Paseo do Pontiñas, el parque anexo al auditorio o Praza da Vila. En estas áreas públicas se concentran a diario numerosos pequeños en compañía de sus progenitores, que son los que han trasladado su preocupación al alcalde. "Me gustan los animales y tengo perros, pero lo que no puede ser es ver los parques llenos de excrementos donde juegan los niños", reprochó el mandatario, que mencionó varios casos concretos. De hecho dijo que días atrás realizó un recorrido por el casco urbano y pudo certificar que las quejas vecinales estaban más que justificadas. Ahora los dueños de los perros deberán llevar "como en cualquier ciudad" una bolsa para recoger los excrementos de sus animales de compañía. Los canes tampoco podrán pasear sueltos sin control y los considerados como razas potencialmente peligrosas están obligados a llevar bozal. Estos son algunos de los aspectos que contemplará la ordenanza, que se aprobará en otoño.