En lo que va de siglo, las dos comarcas suman 16.998,23 hectáreas quemadas o, lo que es lo mismo, una superficie equivalente a 17 campos de fútbol. Los datos que manejan el Ministerio de Agricultura y el Instituto Galego de Estadística permiten ver la evolución de los incendios forestales y, por tanto, la efectividad de los despliegues autonómicos y estatales a la hora de prevenirlos y atajarlos.

En el presente verano, las lluvias que duraron hasta junio y las bajas temperaturas de la primavera motivaron que la ola de incendios no empezase hasta, prácticamente, comienzos de este mes de agosto. Desde entonces, el fuego se concentra sobre todo en Dozón -que lleva ya media docena de siniestros y más de 12 hectáreas quemadas-. De seguir así, el municipio más pequeño de Deza se convertirá en el triste heredero de los fuegos que en los últimos dos años arrasaron Agolada. El autor de una docena de ellos ya fue condenado a otros tantos de cárcel.

No cabe duda de que la climatología tiene que ver, y mucho, en la propagación de incendios. De estos 13 años, el verano más peligroso fue, con diferencia, el de 2011. La tremenda sequía de aquel ejercicio y el progresivo abandono de la actividad agraria explica que en el Distrito Forestal XVI -engloba a las dos comarcas- ardiesen entonces nada menos que 1.479,73 hectáreas. El IGE apunta que ese año en los nueve municipios se constataron 426 incendios y, de esas casi 1.500 hectáreas, 935 (es decir, el 62%) se corresponden con monte bajo. Ello refrenda la teoría de la proliferación de fuegos en tierras incultas.

Aunque Dozón y Agolada son los concellos más castigados por las llamas en los últimos tiempos, desde que arrancó este siglo los tres municipios más afectados por las llamas son Lalín, Rodeiro y Forcarei. Y para verlo, ahí están los números: entre los años 2001 y 2010, la cabecera comarcal de Deza sufrió 591 siniestros forestales, que se traducen en 1.781,14 hectáreas quemadas (455 de arbolado). Pero es que Rodeiro supera esta cifra, tanto en el número de incendios (con 596) como en la superficie arrasada (1.823,83 hectáreas; de las que solo 114 eran plantaciones de arbolado). Y de menos a más, porque el concello forcaricense, se lleva la palma en cuanto a incendios. Sólo entre los años 2001 y 2005, ya supera los incendios de Lalín y Rodeiro, al alcanzar los 555. Este más de medio millar de fuegos arrasó 3.010 hectáreas. La explicación puede radicar en que este municipio dispone de más superficie de matorral que arbolado, una situación inversa a la que se da en Lalín. Las plantaciones de castaños y otras especies autóctonas que pueblan más de 12.000 hectáreas de Lalín sirven de barrera natural para la propagación de los fuegos. Algo similar ocurre en Vila de Cruces. Este municipio tiene los índices más bajos de fuegos, con 210 percances en la primera década del siglo. Ardieron a lo largo de ese tiempo 297 hectáreas.

Despliegue de medios en un fuego frente al colegio Manuel Rivero - Pasadas las 17.00 horas de ayer , un incendio urbano en la zona verde frente al colegio Manuel Rivero generó un importante despliegue de medios. Agentes de la Policía Local, Protección Civil de Lalín y una brigada se desplazaron al casco urbano lalinense para extinguir las llamas, que afectaron a poco más de 50 m2. El incidente pudo deberse a un despiste, por una colilla tirada desde un coche o por un viandante, también, por un grupo de niños que rondaban por la zona jugando con petardos.