La clave está en la felicidad de las vacas. Así lo afirmó el veterinario Ángel Ávila, que ayer fue uno de los ponentes que estuvo en las jornadas destinadas a los ganaderos estradenses organizadas por el departamento de Desenvolvemento Rural. La iniciativa, que tuvo lugar en las instalaciones del Museo do Moble e da Madeira da Estrada (MOME), congregó a casi una treintena de asistentes que, motivados por los temas de las conferencias escucharon atentamente a los exponentes. Esta actividad contó con la participación, además, del ingeniero especialista en energía eléctrica Bruno Rodríguez, quien habló sobre el ahorro energético, y con José Fernández, que trató las ventajas del tratamiento de purines con microorganismos.

Por su parte, el veterinario Ávila se centró en el bienestar aninal y su relación con la producción de leche. Este profesional de 49 años, licenciado en Veterinaria por la Universidad de León, ejerce entre Galicia y Castilla, asesorando a los ganaderos en el mantenimiento de sus reses con el fin de conseguir una mejor producción de leche. Respecto a Galicia considera que "uno de los retos por superar todavía para las explotaciones bovinas de la comunidad es mejorar la condición y el bienestar de las vacas".

"Cuando una vaca está cómoda alcanza la máxima en la producción de leche", afirmó Ávila, quien con la ayuda de varias diapositivas intentó asesorar a los allí sentados sobre la importancia de tener a la vaca contenta, entre otras cosas porque la "falta de bienestar provoca estrés en el animal y esto le genera más predisposición a enfermedades y a producir peor", subrayó el veterinario.

Hay varios factores que influyen en este objetivo, como por ejemplo estar de pie más de una hora, las picaduras de insectos, tener personal que les grite o la superpoblación, es decir, tener más vacas que "camas" hay para cada una de ellas. Pero lo más importante, según el experto, es el confort de su cubículo y la ventilación. "Que no haya paredes, que corra el aire, que haya luz, como en el pasto y que la cama sea mullida,es fundamental", explicó.

Sin embargo, entre los problemas más frecuentes que Ángel Ávila constata en las granjas de A Estrada está el hecho de que "aquí hay cubículos de goma que producen muchas lesiones, hay mucho estrés y hay mucho acinamiento, es decir, donde hay 50 cubículos meten 70 vacas". "Además, los techos son muy bajos y mal ventilados, en general", añadió, para luego señalar que esto produce unos efectos de "pérdidas de entre 1.000 o 1.500 litros de leche por tener el establo así, más problemas de cojeras y menos durabilidad de la vaca". "Las vacas se van con menos años", apunta.

Además, considera que a los ganaderos de Galicia les cuesta mucho tomar medidas de tirar paredes o de hacer cambios en el establo. "Piensan que es un gasto innecessario que a lo mejor no les van a aportar esos beneficios. Ese es el problema que hay", afirma.

Y es que el entorno más normal para la vaca es la hierba o el pasto. Por eso, en las ganaderías es importante adaptar el espacio a algo que reúna unas condiciones similares que les permita estar lo más cómodas posible.

Cuando la vaca no ríe

De momento, la única vaca que ríe es la de la famosa marca de queso francés. De ahí, que para conocer el estado de ánimo de una vaca haya que fijarse más en su actitud y en su apariencia física.

Entre los síntomas que se detectan, el veterinario apunta que "cuando empieza a adelgazar, pierde condición corporal, baja la producción de la leche o aparecen muchos problemas de patologías como mamitis o problemas reproductivos, son síntomas de que la vaca no está bien". Por el contrario, si la vaca tiene un buen pelo, no tiene los pies hinchados, rumia cómodamente en su cama y está produciendo mucha leche "son síntomas de felicidad de la vaca".

Para finalizar su ponencia, Ávila argumentó con ejemplos de varias fotografías de granjas de países como Holanda, Canadá y también alguna de Lugo, sobre la importancia de la ventilación. "En mis años de experiencia nunca vi morir una vaca por frío pero sí por calor", afirmó. Y es que, según dice, el frío es la temperatura ideal para las vacas. Por eso, recomienda un sistema de lonas y se despidió ayer de los asistentes con una recomendación: "¡Antes de todo tirad las paredes!". Los asistentes se miraron unos a otros y y dejaron entrever la sonrisa picaresca de quien no parece muy dispuesto todavía a seguir este consejo.