La empresa Geslander promovió en la calle Molinera -en su conexión con O Regueiriño- un bloque de viviendas de promoción autonómica destinada a jóvenes. Años después, esta construcción no solo no ha cumplido las perspectivas empresariales, sino que la quiebra de la sociedad ha provocado que el Concello se quede sin importantes ingresos como los del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), al margen de la disputa judicial entre administración local y promotora por impagos de tasas o plusvalías. El ejecutivo es sabedor de que ingresar las deudas pendientes es complicado, cuestión que ocurre con otras ambiciosas promociones que se ahogaron en con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Los gestores actuales de la empresa, vinculada entonces al exalcalde compostelano Gerardo Conde Roa, tratan de rentabilizar la inversión. Solo en la fachada trasera del edificio son visibles cerca de una decena de carteles en pisos en los que se anuncia su venta o alquiler.