El parking Europa es uno de los únicos recintos de estas características que tiene todas sus plazas disponibles, aunque no por voluntad de Concello y empresa concesionaria. Desde su adjudicación, en 2003, el recinto se ha visto inmerso en un denso y amplio proceso judicial que, lejos de resolverse, su desenlace se desconoce.

Sus casi 400 plazas están vacías desde que en octubre de 2009 un juzgado ordenó su clausura y la demolición de 61 plazas, aunque para la empresa Portas y Acuña son 94. Este es uno de los argumentos a los que se aferra la sociedad para negarse a reabrir el aparcamiento, una vez que el ayuntamiento liquidó sus batallas judiciales con la familia Carral y, con sendas sentencias en la mano, está autorizado para poner en marcha el parking. Cuando los quebraderos de cabeza parece que habían liquidado, Portas y Acuña desoye la orden de reabrir el aparcamiento el pasado 25 de abril. En varios escritos remitidos a la administración local reclama la resolución del contrato, la reintegración de los 3,3 millones de euros del proyecto constructivo y el lucro cesante por el tiempo sin actividad empresarial.

Luego en otro comunicado al Concello ya reconoce que su negativa a abrir está esencialmente fundamentada en que el parking es, actualmente, inviable desde el punto de vista económico y en su argumentario acusa al Concello de favorecer la creación de áreas comerciales con estacionamiento propio, pero negar estas licencias implicaría incurrir en prevaricación. La reapertura del recinto se antoja complicada por las posturas enfrentadas entre las partes.