La parroquia rodeirense de Río fue capital municipal hasta 1876. A pesar de perder su carácter de "centro urbano", su feria del día 15 fue un punto de encuentro para el mercado de ganado hasta bien entrado el sigo XX. Hoy, como en todos los mercados de la comarca, las ventas se reducen a los puestos ambulantes de ropa y abalorios, aunque, en el caso de Río, enmarcadas por los pendellos que todavía están en pie.

Ya en 2008 y con el bipartito en la Xunta, el entonces portavoz del BNG, Manuel Hermida, solicitó una ayuda económica para acondicionar este recinto y la era comunal de Os Vilares. La petición cayó en el olvido hasta que el actual alcalde, Luis López, departió con el presidente de la Diputación la posibilidad de su adquisición. Pero la falta de presupuesto frena no solo la compra de los pendellos de Río, sino la restauración de aquellos que faltan por comprar en Agolada. Pese a ello, hay rodeirenses que sí venderían sus pendellos, sobre todo aquellos que ya no utilizan como almacén de aperos. "Su estructura es diferente a los agoladenses, porque en el caso de Río están pegados a las viviendas, y la mayoría de los que permanecen en pie fueron restaurados por sus propios dueños", con materiales diferentes a los originales, recuerda López.

La veintena de pendellos ocupa el espacio central de la aldea y algunos de ellos recuperan su función original, la de pendellos expositores, durante la Feira Sustentábel que se organiza en julio para vender alimentos ecológicos de la comarca. Hasta 2008, además, eran el espacio de la Feira da Vaca Rubia, que también desapareció por el reajuste del presupuestario municipal.

El comercio y la producción ganadera de Rodeiro, al igual que Dozón, estuvo bajo la influencia del monasterio cisterciense de Oseira. De hecho, sus monjes tutelaron durante siglos la feria de A Gouxa, en la parroquia de Bidueiros, y debido a que en esta aldea de Dozón confluían el camino de Oseira hacia O Castro con el del Ribeiro hacia Pena de Francia. De aquellos tiempos de trueque y tratos queda en pie un pendello expositor, algunos que sirvieron de comedores y varios de almacenes. Son, en su mayoría, muy diferentes a los de Agolada y antaño su tejado se cubría con colmos de paja para conservar el calor.

Exposición de artesanía

La importancia de la feria de A Gouxa fue tal que aún hoy conserva sus dos días de mercado -el 11 y el 23-, y hasta dispuso de una capilla, como relata el profesor Manuel Busto, al pie del camino real. Hoy en día, ésta está reconvertida en garaje para maquinaria agrícola. Con motivo de la Festa da Carne ao Caldeiro -a principios de junio- el colectivo de Mulleres Rurais Pena de Francia utiliza los pendellos expositores para mostrar los trabajos artesanales que realizaron sus socias durante el último año.