La decena de trabajadoras de la empresa Dezalimp inició ayer una huelga indefinida por impagos de sus nóminas en lo que va de año. La plantilla tomó esta decisión después de la negativa del empresario, de la localidad lucense de Taboada, a negociar una regulación de empleo o explicar los motivos de los retrasos en las cuatro mensualidades.

El representante de Comisiones Obreras (CC OO) Xosé Luis García Pedrosa indicó ayer en un encuentro con parte del plantel que la sociedad tiene carga de trabajo y que los clientes están pagando a Dezalimp sus servicios, pero vaticina un futuro bastante complicado. Acompañado de la delegada sindical Estela Miller, Pedrosa recordó que la situación de esta empresa se arrastra desde hace tiempo, aunque Comisiones tuvo que esperar a que se convocasen elecciones al comité para tomar cartas en el asunto y defender los intereses de la plantilla. "No podemos seguir así y además creemos que por parte de la empresa no existe disposición a mantener a mantener la actividad y nosotros tenemos que velar por los puestos de trabajo". Una vez que el propietario de la firma se negó a pactar un plan de pagos de las nóminas atrasadas o explicar los motivos por los que le adeuda ya las cuatro mensualidades, el sindicalista cree que una solución para preservar los empleos sería que las empresas y particulares que decidan contratar este servicio con otras sociedades del sector, que éstas subroguen en cada caso a las trabajadoras. señala que así está contemplado en el convenio colectivo. Ahora, corresponde a estas empresas, establecer las condiciones en las que asumirían a estas profesionales. Dezalimp trabaja en Lalín, Silleda, A Bandeira o la localidad ourensana de O Irixo y su plantilla realiza sus tareas en comunidades de vecinos, varias firmas del polígono Lalín 2000 y del de Botos, negocios particulares y para la gestora del multiusos.

Miller apuntó que una vez que Comisiones -única central del comité de empresa- representa a la plantilla, trató de reclamar documentación sobre la situación económica de la compañía, algo que no fue capaz de conseguir. Una de las trabajadoras y delegada sindical señaló que Dezalimp podría tener contraídas deudas con la Seguridad Social, si bien el pasivo concreto por este asunto o las posibles deudas de la firma no trascendieron. García Pedrosa insistió en que la huelga tiene carácter indefinido. Además de llevar cuatro meses sin cobrar, el Fondo de Garantía Salarial solo garantizaría a la plantilla cuatro nóminas.