Hace tres meses, el gobierno de Lalín apoyó la propuesta de la Consellería de Educación de reorganizar los alumnos de los cinco colegios públicos para evitar la masificación de los dos centros urbanos y reactivar la matrícula en los CEIP de Vilatuxe, Cercio y Prado. Pero la firme oposición de los vecinos de la parroquia de Sello a trasladar sus niños al colegio Varela Buxán obliga al Concello a retractarse. Por eso, el gobierno de José Crespo pedirá a la Xefatura Territorial de Educación "que se mantenga la actual adscripción de Sello al colegio Xesús Golmar", en palabras de la concejala de Cultura, María Álvarez.

La última reordenación de centros tuvo lugar en los años 80 y desde Educación se antoja necesaria una reforma que tenga en cuenta la proximidad de los alumnos a uno u otro centro. Pero los vecinos de Sello, en una reunión con el Concello, mostraron "un rechazo drásticamente unánime a la adscripción al colegio de Cercio", argumentando que la distancia entre una y otra parroquia, unos 15 minutos en coche, supera a los 5 minutos que la separan del Xesús Golmar. Los vecinos incluso recogieron firmas en contra de este traslado y dejaron entrever que podrían organizar manifestaciones para impedir esta medida.

La reorganización que planteará la Xunta ya para el próximo curso afectará solo a los nuevos matriculados, aunque los padres pueden cambiar a sus hijos de centro si así lo desean. En el caso de Sello, esta medida solo afectaría a un niño que se matricula por primera vez. Por tanto, "consideramos que no es una medida que afecte demasiado a la reorganización de los centros educativos actuales", apunta la concejala. María Álvarez, no obstante, hace hincapié en que desde el Concello "apoyamos a los colegios del rural, y en especial al de Cercio. Valoramos los esfuerzos que realiza el Anpa, posibilitando la escolarización voluntaria del alumnado del casco urbano" que desee continuar estudios en el Varela Buxán. En el presente curso, este colegio cuenta con 53 niños matriculados y ofrece como principal reclamo aulas menos masificadas que las del Xesús Golmar o el Manuel Rivero. Fue, además, el único colegio del rural lalinense que este año continuó con su campaña para captar nuevos estudiantes.