Adentrarse en el asociacionismo de la comarca de Tabeirós-Terra de Montes en Madrid es adentrarse en el mundo de José Cerdeira, un ingeniero nacido en Soutelo de Montes que mantiene con pasión los lazos que lo unen a la zona en la que nació. Cerdeira es uno de los grandes impulsores de la Asociación de Amigos da Estrada e da Terra de Montes en Madrid. Es además gerente de la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid, dos cargos que lo unen irremediablemente a su tierra.

-Ayer tocó acto importante para la Asociación de Amigos da Estrada e da Terra de Montes en Madrid...

-Sí, somos un grupo de gente que estamos en esta asociación, como en la orden de la Vieira, en la asociación de empresarios gallegos, en junio toca también la Rapa das Bestas... Carlos de Blas es el que está detrás de casi todo, porque está jubilado y tiene un poco más de tiempo de que los demás. En esta ocasión, nos juntamos para comer y para ir a ver después la exposición de Virxilio Viéitez en Telefónica, que está teniendo un impacto increíble. Ya estuviera con anterioridad en el canal de Isabel II pero quizás Telefónica tiene más capacidad para publicitaria y la gente está respondiendo. Luego también influye la transmisión personal, por supuesto.

-¿Están contentos con el resultado?

-Creo que esta exposición es un éxito y está teniendo un impacto tremendo en la gente de la ciudad. Fuimos un pequeño grupo, principalmente formado por gente que fuimos vecinos suyos y que somos un poco aficionados a la fotografía. Yo conocí personalmente a Virgilio, que me hizo retratos a mí y a mi hermano. También conocí al gaiteiro. Hay muchos que dicen que no tocó más después de los años 30 pero eso es mentira. Cuando yo era pequeño había un salón de baile en el que tocaba su familia pero cuando descansaban toca él. Era poco tiempo, cinco o diez minutos, pero tocaba.

-Esta asociación estaba más centrada en Terra de Montes pero ahora parece estar abriéndose también hacia A Estrada.

-La gente que fue a esta reunión es toda de esa zona. El objetivo era recuperar unas reuniones que ya se habían realizado en Madrid hace muchos años. Después fueron decayendo un poco. Se trataba de reactivarlas. Es necesario realizar reuniones periódicas porque sino va decayendo. Se trata de una asociación sin estatutos. Simplemente somos un grupo de amigos que nos reunimos aquí y que comemos juntos, que es lo que solemos hacer los gallegos.

-Sabemos en qué punto están en estos momentos pero ¿dónde empezó todo esto?

-La orden de la Vieira es la madre de todo este tinglado. Nace en el año 67 y desde entonces es un grupo con una gran actividad. Hace poco estuvimos con Amancio Prada y con el padre Carballo. Es desde esa orden desde la que nace una parte importantísima del asociacionismo gallego en Madrid. Como decía antes, Carlos de Blas, que es de Codeseda, es el que está en el centro de todos estos temas y el que lleva la mayor parte, aunque después a la hora de la verdad y de salir en los periódicos se escaquea.

-Y luego surgió la relación con Terra de Montes.

-Sí, hay una reunión que se celebra cada verano en Terra de Montes, unas veces en Cerdedo, otras en Beariz -que históricamente pertenece a Terra de Montes- y otras en Soutelo. Los de A Estrada participan menos. Nuestra intención fue hacer lo mismo en Madrid.

-¿Cómo se organizan?

-Hay unas asociaciones con una función. Por ejemplo, la de empresarios gallegos en Madrid. Es una asociación con unos objetivos muy claros, fomentar y apoyar a los empresarios. Hay después asociaciones de juristas, de médicos, la del club de periodistas gallegos... Digamos que esas son las profesionales. Después hay otras, que podríamos llamar territoriales, que son asociaciones culturales que se desarrollan en una zona de Madrid. No es que Madrid sea muy grande pero sí que es muy complicado el desplazamiento entre zonas. Por eso surgen asociaciones en Alcobendas o en Fuenlabrada. Tienen grupos de gaitas, de baile, organizan clases de gallego... Cosas de ese tipo. Después hay otras asociaciones culturales que tienen otras connotaciones pero que también son culturales de alguna manera. Una de ellas es la Vieira, que fue un poco la madre de las demás. Es la más vieja, con 46 años, mientras que las demás andan todas sobre 20 años. Cada una tiene sus objetivos. Si miras la orden de la Vieira, que es la que más se adapta a la que realizamos ayer, ves que se presenta como una ventana abierta al mundo de la galleguidad. Lo que queremos es recordar nuestra tierra, recordar nuestra cultura y promocionar todo lo nuestro, ya sea el Camino de Santiago o personajes gallegos que están fuera. No basta con que se sepa que son gallegos, hay que decirlo. Son gente que intentamos atraer, incluso aunque no sean nacidos en Galicia. No hace mucho estuvimos en una fiesta en Alcobendas con Amancio Prada. Según su DNI no es gallego pero a todos los efectos es como si lo fuera. Hacemos patria, como se dice ahora.