-¿Está aquí la cosa tan malita? Son varias las compañías que señalan el difícil momento que atraviesan para poder actuar a causa de la situación económica...

-¿Malita? Agonizante, para ser más precisas. Yo no entiendo mucho de economía, pero si España es un país de sector servicios principalmente, no puedes exterminar el sector cultural, del que dependen miles y miles de negocios. En Galicia tenemos un chupóptero añadido, la Cidade da Cultura, que quita el pan de los trabajadores de la cultura para "acicalarse" cada día. Si la estrategia del gobierno es recortar y recortar, no sé que clase de país se va a levantar con tantas trizas sueltas. Deben haber y hay, alternativas para incentivar el consumo en cultura. Por ejemplo, en Brasil están subvencionando el consumo de cultura a través de un bono con el que la gente con bajo salario puede comprar libros o adquirir entradas para el teatro o cine.

Desde la Plataforma de las Artes Escénicas de Galicia se están llevando a cabo movilizaciones, protestas e iniciativas en aras a reestructurar el sistema teatral gallego. Creo que es el momento de reinventarse o morir en el intento.

-Primero fue Brasil y poco después Colombia. ¿Como se recibió a Inversa Teatro al otro lado del 'charco'?

-Tuvimos una recepción excepcional. En Colombia llegamos a actuar frente a más de 700 personas en contraste con las 6 personas que llegamos a tener aquí en Galicia en una ocasión. El público latinoamericano es cálido y sabe escuchar. Además gustan de quedarse a los posteriores coloquios que damos sobre el proceso creativo de la pieza y comentar sus impresiones. Gracias a estos coloquios hemos intercambiado información que nos ha sido muy útil para nuestro trabajo así como para acercarnos a sus realidades.