Carlos Lalín Ferreiroa se dedica desde hace tan solo 4 años a criador profesional de perros de raza pointer, "mi predilección", aunque también dispone de Setter. Y no es de extrañar que los Pointer le traigan de cabeza, porque su perra Agra da Torre de Varela va de éxito en éxito. Sus padres se criaron en Lalín, aunque la madre vino de Portugal y el padre de Italia. Desde muy cachorra, "casi desde que nació", entrena con su dueño en la zona de adiestramiento de Lalín. Conforme va ganando trofeos, la perra asciende de nivel y, por tanto, precisa cada vez mayor entrenamiento. "Tiene que adiestrar todos los días porque es un perro de competición". Esta cuestión, por obvia que parezca, ha causado más de una polémica entre entrenadores y el Seprona. Y es que, recalca Lalín, en este entrenamiento se habla de caza sin muerte.

De forma pareja a los entrenamientos diarios, estos perros tienen que adaptarse a continuos traslados a las sedes de las competiciones, procurando siempre que no estén sometidos a altas temperaturas. En febrero, Agra da Torre se desplazó con un conductor a Andalucía, ya que su dueño no pudo competir con ella por cuestiones laborales. La perra y su entrenador temporal estuvieron juntos 20 días antes del campeonato, para adaptarse uno al otro. Y el resultado no pudo ser mejor: Agra consiguió el primer puesto en este torneo de perros de muestra. El campeonato "se realiza con perdiz brava, de modo que el perro tiene que recorrer en un entorno de 200-300 metros con respecto al juez y sin dejar ninguna pieza sin marcar", explica el cazador. El can se impuso a un centenar de competidores llegados hasta de Francia o Italia. "Algún italiano incluso quiso comprármela, pero Agra no tiene precio para mí, porque un perro así sólo se da entre 1.000 canes normales", explica.

Su oro la llevó a competir en el campeonato mundial en Grecia, donde no logró repetir la hazaña. Pero no importa: en un monográfico de Toledo se impuso como la mejor en belleza, y en las pruebas del Pointer Club de Villamiel quedó segunda en el derbi nacional. Tras estos galardones, Agra pasa a ser trialer de gran busca.

Estos días, entrena en Córdoba de cara a dos torneos nacionales en abril y los campeonatos gallegos. Su orgulloso dueño irá a recogerla mediados de mes. Reconoce que, si bien Agra se adapta a otro conductor que no sea él, un hijo de esta pointer "prefiere entrenar conmigo". Lleva concursando desde hace apenas un año (en mayo del año pasado), y podrá seguir haciéndolo "hasta los siete u ocho". Su dueño tendrá que seguir haciendo más sitio en casa para los trofeos.