El gobierno local de A Estrada y la familia Boullosa, propietaria de A Torre y el pazo de Guimarei, acordaron la pasada semana retomar en abril los contactos orientados a la búsqueda de un posible convenio. Así lo explicó el alcalde José López Campos, indicando que en su última conversación con la familia Boullosa también se abordaron las declaraciones "de algún partido político sobre el pazo y las pretensiones" al respecto. El alcalde afirma que la familia sigue dispuesta a "colaborar con el Concello" porque, como a este, "le preocupa el pazo y A Torre" y "tienen ganas de poner en marcha una actuación".

Quisiera darle un uso pero el Concello no hará nada hasta firmar un convenio. Este no podía abordarse hasta tener los presupuestos municipales. Concello y familia abogan por cuidar este "valor patrimonial importante", que en 2003 se pidió que fuese Bien de Interés Cultural. No se descarta una colaboración a 3 bandas con una empresa privada pero "en lo peor de la crisis", parece difícil conseguir una empresa interesada aunque el pazo tiene "una estructura muy peculiar, con el techo en piedra, enlosado". López admite que el elevado coste de la restauración hace que sea casi "una utopía". El Concello no se plantea comprar sin tener claro qué hacer con él y cómo afrontar su sostenibilidad con un plan de usos que genere "un retorno". Si no, lo vería "un suicidio". Admite que es "un momento complicado para comprar, recuperar y poner en valor, las tres patas" que se necesitan para que A Torre y el pazo de Guimarei recobren su esplendor. Suman 100.000 metros cuadrados de finca, un "pazo en estado difícil" y A Torre en mal estado.