Fue la gota que colmó el vaso. La negativa del edil nacionalista Matías Rodríguez da Torre a apoyar la propuesta de su socio de gobierno -el PSOE- para firmar un acuerdo con el Ministerio de Fomento y arreglar el acceso a la autopista AP-53 en Lamela acabó con la paciencia de los socialistas y destapó la caja de los truenos en el ejecutivo. Los socialistas consideran "suficientemente grave" lo sucedido. Así, apenas 24 horas después del desencuentro plenario, el PSOE solicitó una reunión de la comisión de seguimiento del pacto, que se celebró a las siete de la tarde en la Casa da Cultura trasdezana.

Fue una jornada intensa y frenética para el gobierno. Mientras desde la Alcaldía se agilizaban las gestiones para comunicar a las administraciones pertinentes el cierre del vial de acceso a la autopista como medida cautelar mientras no rematen las obras de mejora -que comenzarán hoy por cuenta del Concello-, la familia socialista analizaba lo sucedido en el pleno del lunes y comenzaba a mover ficha. La ejecutiva local al completo se reunió a primera hora de la tarde para acordar convocar la comisión de seguimiento del pacto para analizar la situación.

Los primeros en llegar al encuentro fueron los miembros del BNG: Da Torre; la responsable de organización del partido, y número dos de la lista, Tania Cornado; y la integrante del consejo local, Carme Fidalgo. Fuera, en el interior del vehículo de la alcaldesa, aguardaban los tres representantes del PSOE: La propia Paula Fernández Pena; y los ediles de gobierno Manuel Cuiña y Klaus Brey, que entraron a la Casa da Cultura con posterioridad.

El encuentro entre ambas formaciones duró alrededor de una hora y cuarto. A la salida, el único que accedió a hacer valoraciones fue Da Torre. El PSOE declinó pronunciarse, a la espera de trasladar el contenido de la conversación, de nuevo, a la ejecutiva local, que volvió a reunirse en torno a las nueve y media de la noche. Un encuentro que continuaba celebrándose al cierre de esta edición.

"Nos hacen una propuesta a nuestra organización, y nos dicen que sigue el pacto, pero que no me quieren a mí", explicaba Da Torre minutos después de rematar la reunión de la comisión de seguimiento. El edil niega que haya fallado a sus socios de gobierno. "No existió deslealtad, porque mi postura (el voto en contra del convenio) fue dada a conocer de antemano, y además abriendo la mano en el pleno para dejar el acuerdo sobre la mesa mientras no se hablase con los vecinos. Antes del pleno ya le manifesté el sentido de mi voto" defiende. Lamenta que "a veces, hacer el papel de mediador está mal visto por quien no mueve ficha", añade.

Da Torre deja claro que "no somos un apéndice del PSOE y podremos divergir cuando sea posible" y, en esta línea, resta importancia a su voto. "Lo que se le pidió a una parte del gobierno fue que recapacitase sobre el asunto. Ahora se quiere hacer de una anécdota, una cuestión gravísima. "El convenio está bien, solo que hay una variable a mayores, que es lo que piden los vecinos. Buscarle más historia a esto es ir a situaciones que no tienen lógica", insiste.

Así las cosas, el edil asegura que "El BNG va a seguir en el gobierno, como hasta ahora; nosotros, vida normal y tranquilos", si bien la formación convocará una reunión de su asamblea "esta semana" para analizar la situación y conocer la opinión del resto de los integrantes del partido. "Su ejecutiva (la del PSOE) expone esto, y dicen que decidamos nosotros", añade.

Varios desencuentros

La evolución del bipartito de Silleda y la relación entre sus miembros nunca fue un camino de rosas. El último desencuentro sonante entre la parte socialista del gobierno y la nacionalista, y hecho público, fue en diciembre de 2011. Tocaba aprobar en pleno las cuentas de 2010 y Da Torre se abstuvo en la votación, desmarcándose de la postura del PSOE, por su disconformidad con los datos. La regidora le recriminó su actitud, puesto que el Concello precisaba su apoyo para enviar el informe al Tribunal de Cuentas para poder recibir fondos de administraciones superiores.

Al tenso debate en aquel pleno, del 29 de diciembre, siguió, por la tarde, un comunicado de la Alcaldía recriminando a Da Torre "que utilice el atril del pleno para hacer propaganda política", dijo entonces. Algo que, en parte, también le reprochó en la sesión del pasado lunes el socialista Manuel Cuiña, quien lo acusaba de cambiar de opinión para ponerse de parte de los vecinos afectados.

Socialistas y nacionalistas de Silleda sellaron su pacto de gobierno en julio de 2011 para dar estabilidad a un gobierno de trece escaños, formado por seis ediles del PSOE y uno del BNG.