Cerca de una quincena de trabajadores estradenses de Transportes y Maquinaria, afectados por dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en 2012 intentaron ayer sin éxito reincorporarse a su puesto de trabajo en O Foxo. El futuro de la empresa parece encaminarse sin remedio a un complejo proceso judicial, tras dos expedientes de suspensión temporal del empleo que afectaron a todos los trabajadores en 2012 y dos ventas sucesivas de las participaciones de la compañía por parte de Jesús Castro y de los propietarios del capital social de la empresa a un ciudadano portugués primero y de este a otro ciudadano luso el en noviembre.

Empleados durante años de Jesús Castro Puente o de Transportes y Maquinaria pero todos ellos de esta última desde 2010, los trabajadores de la compañía se vieron inmersos en 2012 en dos sucesivos EREs. Así lo explicaron ayer fuentes de los propios trabajadores y de UGT Deza, que también aclararon que si bien el primer ERE -organizado con turnos rotatorios de 6 meses-había sido aprobado en asamblea por los trabajadores, el segundo no contó con el respaldo de los operarios sino que fue impuesto unilateralmente por la empresa.

Pues bien, los trabajadores acudieron ayer a las 8.30 horas al que durante años fue su lugar de trabajo, en O Foxo, y allí permanecieron hasta pasadas las 10.30 horas Hasta el momento estuvieron cobrando el paro pero el fin del ERE -fijado para el pasado sábado, día 9- y la carencia de carta de despido les deja sin prestación por desempleo y con una gran incertidumbre acerca de su futuro. Sin apenas esperanzas de recobrar su empleo, ayer permanecían concentrados ante el que fue durante años su lugar de trabajo y aun sigue siendo la vivienda de su exjefe cuando la hija de este, Mónica Castro, apareció por el lugar, produciéndose entonces una discusión entre ambas partes.

"Aquí no hacéis nada", les decía Mónica Castro, asegurándoles que su familia vendió la empresa y, por tanto, ya no tiene nada que ver con ella. Los trabajadores le respondieron pidiéndole la explicación que nadie les ha dado y la carta de despido que al menos les permita cobrar el desempleo. Fue un diálogo sin entendimiento que derivó en una identificación de los trabajadores por parte de la Guardia Civil, a la que previamente habría alertado la familia Castro.

Esta Redacción intentó ayer sin éxito contactar con la familia para que ofreciera su versión de lo ocurrido y de cuál fue el proceso que ha llevado a Transportes y Maquinaria a su complicada situación actual.

Según fuentes de los trabajadores y de UGT Deza, cuando en enero de 2012 se le dio luz verde al primer ERE la empresa ya le adeudaba a cada operario entre 3 y medio y 4 mensualidades, entre extras y salarios, por una cuantía aproximada de 5.500 euros por trabajador. Además, según UGT Deza, venían arrastrando "dificultades de pago de aproximadamente un año". Precisamente poner al día estos pagos fue una de las condiciones que pusieron los empleados para dar su aprobación al primer ERE. Ante el "incumplimiento" de ese acuerdo y la continuación del primer ERE con el segundo, UGT Deza pidió una solución para los operarios a los que representa, presentando en septiembre las correspondientes papeletas de conciliación previas a la demanda para la resolución del contrato y las cantidades.En ello estaban cuando se enteraron de la venta de las participaciones de la compañía a un primer ciudadano portugués, que se convirtió en el nuevo administrador único hasta que se la vendió a otro ciudadano luso mes y medio después. Estos cambios de titularidad complicaron las demandas pues los representantes de los trabajadores tuvieron que averiguar mediante el Registro Mercantil a quien pertenecía ahora la compañía y ampliar las demandas. En este lapsode tiempo, según UGT Deza, la maquinaria empezó a desparecer de O Foxo.

Debido a la ampliación de las demandas, los señalamientos se fueron demorando. El primer juicio tuvo lugar el pasado miércoles. La próxima semana tendrán lugar otros dos, el lunes 18 y el jueves 21. Las vistas continuarán el 4 y el 16 de abril.Hoy mismo, UGT Deza presentará papeleta de conciliación por resolución del contrato y por "incumplimientos graves" de la compañía para con los empleados (impago y falta de ocupación efectiva) así como por "despido tácito" ya que no han recibido comunicación alguna. Los trabajadores volverán a tratar hoy de reincorporarse a su puesto de trabajo. No obstante, si no lo consiguen como se presume, sus representantes legales barajan pedir como medida cautelar que se les exima de esa obligación diaria hasta que reciban una comunicación de la empresa que esclarezca su futuro.