María José Álvarez vive en Moaña, aunque sus raíces tienen mucho que ver con la comarca. Su madre era de Dozón, y la familia poseía un piso en la calle B de Lalín y en el que vivía un hermano de María. Esta mujer relata que pidió una hipoteca de 82.000 euros sobre el piso que había heredado en la capital dezana. La Caixa concedió el préstamo, que María y su esposo pudieron pagar hasta que la empresa auxiliar naval en la que trabajaba el marido dejó de pagar las nóminas debido a los impagos que acumulaba de otras empresas que le habían contratado trabajos.

La familia decidió, entonces, poner el piso de la calle B a la venta, por el que pedían 70.000 euros. Pero La Caixa se negó a renegociar los 12.000 con los que la deuda inicial quedaría saldada. Es más, el banco solicitó ante los juzgados la ejecución de la hipoteca y se quedó con el piso, valorado en 67.400 euros. El hermano de María Álvarez tuvo que desalojar la casa, y ella se convirtió en la primera gallega que decidió "tomar" la oficina del banco que en tiempos de bonanza le concedió la hipoteca y que en época de crisis no supo avenirse a un acuerdo. En septiembre de 2011, hace ahora año y medio, esta mujer convocó junto al colectivo Rede de Converxencia Social y la federación de asociaciones vecinales de Moaña A Chamusca una protesta ante la oficina de La Caixa en esta localidad. Acompañada de una quincena de personas, logró acceder al interior de la misma para intentar frenar el proceso. Pero no lo consiguió. Tuvo que vaciar el piso heredado de sus padres. "No destruí nada de su interior", pero, eso sí, en las ventanas del mismo puede leerse que la vivienda tuvo que ser entregada a La Caixa para poder saldar la hipoteca. Hoy, María Álvarez es, a nivel gallego, uno de los nombres de referencia dentro de la Plataforma STOP Desahucios, que abarca todo el país.