Dos vecinos de Lalín estuvieron ayer de aniversario. Celia Gómez Iglesias cumplió 104 años en su casa de la Ronda Leste de la capital comarcal. Manuel Cuñarro Villar, con 101, pasó también el día en familia, en su residencia de la parroquia de Goiás.

Y precisamente si algo no le falta a Celia Gómez son seres queridos. Sus diez hijos le han dado 38 nietos. Y la familia ha crecido hasta los 52 bisnietos y dos tataranietas. Aunque desde hace un par de años ha visto mermadas un tanto sus facultades físicas como mentales, todavía se levanta diariamente, ayudada por su nuera, Maruxa Fernández, y por el resto de los miembros del hogar. No madruga. "La levantamos sobre la una menos cuarto y la acostamos a las nueve de la noche", explica Fernández.

Se entretiene "mirando por la ventana de la cocina, y cuando hace buen tiempo, está en la galería", añade su nuera. Asegura que "no le gusta la televisión" y que, a pesar de que no consigue seguir el hilo de una conversación, "se mete en todas", bromea Fernández. Siempre fue una persona activa. Hasta hace dos años "hacía la comida y atendía a los cerdos y a las gallinas", apunta Fernández. Ahora no tiene fuerzas para ello y

Casada con Luis Batán -labrador y muiñeiro-, se quedó viuda hace ocho años. Su marido también pudo presumir en su día de longevidad, aunque no logró llegar a los cien y falleció con 96 años. Trabajó como modista y es posible que de su trato con los clientes parta su don de gentes. "Le gusta recibir visitas", asegura su nuera. Ayer no era consciente de que cumplía años, pero su familia se lo hizo saber, y mañana, sábado, se reunirán para celebrarlo.

Por su parte, Manuel Cuñarro festejó ayer sus 101 años. Su familia prefirió celebrarlo en la intimidad, aunque asegura que se encuentra con las mismas fuerzas que hace un año.