Convertida en uno de los símbolos de A Estrada, la torre de Guimarei formaba parte de una antigua fortaleza medieval destruida tras la revuelta de Os Irmandiños. Reconstruida en el siglo XVII, fue durante años objeto de negociaciones entre la administración estradense y sus propietarios, especialmente en la década de los 70, durante el mandato de Mario Blanco. Sin embargo, tras desvanecerse el proyecto, el registrador de la propiedad Luis Carlos Boullosa adquirió el conjunto en el año 1999. Fue entonces cuando el Concello estimó que debería haber sido informado de esta operación de venta por si tenía interés en ejercer el retracto. Con el respaldo de la Xunta de Galicia acudió a los tribunales y el proceso se dilató durante años.

En agosto de 2007 el ayuntamiento conoció la decisión del Tribunal Supremo de desestimar el recurso contra la orden de la Consellería de Cultura de 9 de marzo de 2000, la misma por la que se inició la reclamación del derecho de retracto por cuenta y a favor del Concello. Desde el primer momento la administración local manifestó su interés por este patrimonio, si bien en más de una ocasión se reconoció que el derecho de retracto se ciñe exclusivamente a la torre, no a todo el conjunto. En vista de la situación económica, la apuesta más inmediata es la colaboración para poner en valor el conjunto y librarlo del acecho constante de la maleza.