El sistema de cuota para controlar la producción de leche finaliza en 2015. "Que a estas alturas nos quieran cobrar cuando dentro de tres años ya no existirán es surrealista", insiste Santalla. "Era lo que le faltaba al sector agrario", añade. "Después de tantos años y que nos vengan con esto... lo nuestro es para no parar de llorar nunca", lamenta.

La esperanza para los afectados es que el burofax recibido no sea un ultimátum de pago, sino una comunicación para que quede constancia de que existe la deuda, para que esta no prescriba a efectos legales.