Su conversación te envuelve con el mismo manto dulce con el que te rodea su voz cuando se sube al escenario. Hay quien dice que tiene cuerpo de mujer y alma de fado. Sobre las tablas del Principal María do Ceo es todo alma. Todo fado. Con ese singular acento suyo que la hace especial. En la noche de ayer presentó en A Estrada su último trabajo Fado con outro acento. Actuó por vez primera en un municipio al que la une la grabación de ocho de sus diez trabajos discográficos. Cambió el estudio por el escenario y demostró por qué para muchos es la raíña del fado, su modo particular de hacer hablar al alma y al corazón.

-Su primer concierto en A Estrada...

-Estoy verdaderamente emocionada porque vuelvo a una localidad donde siempre me he sentido muy feliz porque casi todos mis trabajos discográficos fueron grabados en el estudio Edisco de A Estrada y aquí he pasado muchísimos momentos maravillosos y de creación. Precisamente este es uno de los que no grabé aquí porque era un disco muy tradicional de fados y quería grabarlo en Lisboa para llevar la esencia del fado.

-Entonces, ¿cómo ha tardado tanto el público estradense en tenerla en el Principal?

-Pues no lo sé. Es una cosa extraña, yo también lo pienso. No sé, a veces las cosas no suceden cuando uno quiere sino cuando se juntan los astros todos. Fue ahora y nunca es mal si la dicha es buena, dicen por ahí. He venido muchas veces a este teatro, he asistido a conciertos y a teatro y siempre decía: un día vendré yo con mis fados a este lugar.

-Su actuación sirvió para presentar su último trabajo discográfico, "Fado con outro acento". El título no es casual. ¿A qué responde?

-Llevo 18 años en el mundo de la música. Cuando comencé a cantar fados lo hice desde Galicia, que era donde yo vivía. Llevo viviendo en Galicia 42 años y tengo más casi de gallega que no de portuguesa, por los años que llevo conviviendo y hablando la lengua gallega. Entonces, cuando comencé a cantar el fado mi acento era un acento muy especial, una fusión galaico portuguesa, la dulzura de la lengua gallega mezclada con la melancolía de la lengua portuguesa y así hay una fusión muy bonita. Todo el mundo me decía que no debería perder eso porque es lo que me distingue de otros cantores. Y ya no es que lo quiera perder, es que no puedo. Es algo innato, es una forma de ser y la huella que todo cantor debe tener.

-¿Encierra este trabajo una reivindicación del fado miñoto?

-Yo digo que se hace fado en Coímbra, se hace fado en Lisboa, que es el puro y tradicional, pero por qué no un fado miñoto. Ese fado que nace y que baja hasta Oporto, que es donde yo nací. Entonces un poco reivindico en este disco ese fado tradicional que nace aquí en Galicia y que remata en Oporto, o al revés. En el disco van un par de poemas de un poeta ourensano, Armando González, en el que uno lo explica: Cántame un fado miñoto/das terras verdes e antigas/que comenza na Galiza e vai rematar ó Porto. (?) El fado ya es del mundo, no solo de Portugal. Es de quien lo cante y para quien lo perciba. Por supuesto, es un estilo musical completamente portugués, como es el tango en Argentina o el flamenco en España. Pero no puede quedar encerrado solo en su sitio porque tiene que expandir y crecer.

-Está recién llegada de una gira por Alemania, en la que pudo interpretar algunos de los fados de su último trabajo..

-Sí. Demuestra que la música es sentimiento. Si se entiende el poema, mucho mejor, pero lo importante es llegar, transmitir. Creo que eso lo he conseguido. He nacido con ese pequeño don que me ha otorgado Dios y puedo ofrecerlo y hacer sentir a un auditorio, a un teatro o a una iglesia como me ha pasado en Alemania. El 90% era gente de origen germano y lloraban, se emocionaban sin entender lo que yo cantaba pero sí lo que yo le transmitía.

-¿Qué es el fado para María do Ceo?

-El fado para mí es la vida. Es todo. El fado es lamento, pasión, ternura, tristeza, melancolía, es todo. Es la vida en sí. A mí me condiciona mucho el estado de ánimo. Si estoy triste, pues los fados van a ser más apagados, más tirando a la tristeza. Luego también depende mucho del auditorio, de las personas que estén sentadas en ese momento escuchando, lo que ellas me transmitan a mí. Porque es un toma y daca. El público me da a mí mucho y yo le doy también a ellos mucho. Dependiendo de qué público tenga en la platea decido qué repertorio hacer. Vivo fadista desde que me levanto hasta que me acuesto por mi forma de ser y de expresar. El fado para mí es mi modo de vida, es todo, es mi vida, mi manera de sacer de dentro todo lo que me hace bien y lo que me hace mal. Sale a través de la voz pero en realidad donde está es escondido en un rinconcito del corazón y del alma, que está deseando salir para fuera a través de las cuerdas y las notas musicales.

-Se la ha llamado la "raíña do fado" y hay quien ve en usted a la sucesora de Amalia Rodrigues. ¿Qué le parece?

-A mí eso me parece tan grande que me lo digan... A ver, quizás la pureza de la voz, una voz sin estudio, sin preparación musical? Yo tengo la voz que me dio Dios cuando nací y que ahí está. Quizás lo dicen porque Amalia era una cantora extraordinaria, que era pura. Quizás en esa pureza, a lo mejor, y por la desnudez en el escenario, por la forma de transmitir? No sé. Sabes que es muy difícil que uno hable bien de sí mismo, lo tienen que hacer los otros. (?) Para gustos hay colores. Para unas personas seré parecida y para otros no seré parecida en nada. No sé. Yo me siento muy agradecida por esos halagos porque para mín desde luegon son halagos porque compararte con la más grande que dio Portugal para mí es lo mejor que me pueden decir.