Sus ideas y su memoria siguen vivas. El intelectual galleguista Antonio Rodríguez Fraiz se hizo ayer presente en el Centro Etnográfico de Terra de Montes (Cetmo) a través de las palabras con las que su sobrina y depositaria de su legado, Carmen Rodríguez Lois, describió su "ansia de conocer y de ver" cosas nuevas así como el perfil más humano de quien fue designado ya en vida cronista oficial de Terra de Montes.

El 30 de noviembre se cumplirá el centenario de su nacimiento. Para entonces, su sobrina estará en Nueva York pero en su memoria se llevará el recuerdo delretrato de su tío presidiendo la entrada del museo del Cetmo. Ella misma y la presidenta de Verbo Xido, Lola Varela, lo colgaron de la pared ayer -junto a Bóveda- en un emotivo acto en el que Carmen ambién hizo entrega al Cetmo de 18 volúmenes del autor y de un original encuadernado por él mismo.

Ahora enriquecerán el fondo bibliográfico del Cetmo. Proceden del importante legado que Rodríguez Fraiz encomendó a su sobrina. Siguiendo sus instrucciones, esta donó 1.913 libros y el mobiliario de su biblioteca al Museo do Pobo Galego. Se quedó con los volúmenes repetidos y con los de la autoría de su tío. De ese fondo proceden los que ayer cedió al Cetmo. Asimismo, está dispuesta a hacerle llegar parte de ese legado que aun le queda a instituciones que lo demanden, como le hubiese gustado a su tío. De este recordó ayer que respetaba todas las ideas pero que quería que también respetasen las suyas. Galleguista convencido, en 1961 ofició la primera misa en gallego ante la tumba de Castelao en Buenos Aires. Allí juró que en lo sucesivo toda su liturgia sería en gallego y cumplió lo prometido.

Miembro fundador del Museo do Pobo Galego y autor de las primeras voces sobre Terra de Montes en la Gran Enciclopedia Gallega, "aprendía" de todo el mundo: intelectuales, canteros y hasta aguardienteros. Sabía guiar sin que se notase y valoraba mucho la cultura y las artes. Aunque adoraba ver mundo y aprender cosas nuevas, siempre quiso por encima de todo a Terra de Montes, la comarca en la que nació y en la que quería permanecer para siempre.