El poblado minero de Fontao, en Vila de Cruces, fue el enclave elegido por la delegación pontevedresa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) para celebrar ayer el Día Mundial de la Arquitectura. Lejos de ser un festejo reducido al colectivo profesional, acabó convirtiéndose en un homenaje público al arquitecto Joaquín Basilio Bas, el padre -junto con César Cort Gómez- del complejo residencial en los años cincuenta del siglo pasado. Recién salido de la facultad, "vio la ocasión de hacer de este poblado el modo moderno de habitar" logrando que aún hoy en día sea uno de los paradigmas constructivos, según defendió durante el acto el que durante años presidió el Colegio de Arquitectos de Galicia, Celestino García Braña.

Desde las cuatro de la tarde, la plaza rehabilitada ante el antiguo cine -convertido en auditorio- fue reuniendo a profesionales de la arquitectura -encabezados por el decano del COAG, Jorge Duarte, y el presidente de su delegación provincial, Manuel Abelleira Argibay-, vecinos, políticos, y representantes institucionales. Entre estos últimos se encontraban el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello, la secretaria xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo, Encarnación Rivas, o los alcaldes de Vila de Cruces, Silleda, Agolada y Rodeiro, entre otros. Más tarde, concluídos los actos de descubrimiento de dos placas, se incorporaron el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán; el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández; y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

La Fundación Docomomo Ibérico, vicepresidida por García Braña, reconoció la valía del conjunto arquitectónico como obra moderna con la colocación de una lámina a la entrada del edificio del antiguo cine. García Braña recordó cómo una prospección minera que, en principio se calculaba de una capacidad extractiva de 200 kilos de wolfram al año, acabó convirtiéndose, tras ser comprada primero por una empresa inglesa, luego por una francesa y, posteriormente por la española de César Cort, en un punto de trabajo para 4.000 operarios. "César Cort -empresario y arquitecto- comprende que aquel poblado ruidoso y anárquico no podía dar contenido serio a una empresa de su nivel", explicó, de ahí que encargase el diseño de las viviendas del poblado a Joaquín Basilio Bas, "un arquitecto clave en la segunda mitad del siglo XX", aseguró Manuel Abelleira. Más de medio siglo después, desde ayer, la plaza del antiguo cine lleva su nombre. Su hijo y sus nietos participaron en el acto de descubrimiento de la plaza, colocada en un vagón restaurado, y disculparon la ausencia del homenajeado -sí acudió su mujer-. "Gracias a su esfuerzo, a su fuerza de voluntad, a su trabajo y dedicación a este pueblo ha conseguido el nombre de esta plaza", señaló.

Eugenio Jiménez Passolas, el director de las obras de rehabilitación del poblado, hizo de guía en el recorrido que los asistentes realizaron por las instalaciones, para acabar en el nuevo auditorio, que se quedó pequeño para presenciar dos vídeos, sobre la historia del poblado y la inauguración del proyecto original.

El alcalde cruceño, Jesús Otero, se refirió por primera vez al nuevo museo como "Museo da Minería do Deza en Fontao". Alberto Núñez Feijóo fue más allá y apostó por convertirlo en el parque de la minería de Galicia. El mandatario autonómico destacó la importancia de la rehabilitación para "convertir una muestra valiosa de nuestro pasado en un gran ejemplo de nuestro patrimonio moderno", invitando a seguir el diseño del conjunto residencial cruceño.