Corría el año 1972 cuando un grupo de chicos y chicas, que cantaban de manera regular en el coro de su colegio de Lugo, deciden formar un grupo de música folk si más intención que pasarlo bien. La formación adopta el nombre de Folk 72 y, como tal, participa en el III Festivasl As San Lucas de Mondoñedo, uno de los más importantes del momento, en octubre de ese año. Después de conquistar el primer premio con la canción "Fuxan os ventos", el combo lucense adopta ese título como nombre propio y comienza a realizar actuaciones en colegios, festivales, aldeas y pueblos, primero en la provincia de Lugo y, después, en el resto de Galicia. Tra muchos cambios en su formación original, Fuxan os Ventos lo forman en la actualidad, Carme Vázquez, Xoán Saavedra, Tereixa Novo, Alonso Fernández, Moncho Díaz, Antón Castro, Xosé Vázquez, Pedro Lucas y la agoladense María Dolores Fuciños, más conocida por todo el mundo en su tierra natal por el sobrenombre de Maruxa.

–¿Por qué ha habido tantas formaciones diferentes en Fuxan os Ventos desde su fundación en la década de los 70 del siglo pasado?

–Desde el 78 estoy en Fuxan os Ventos, pero como los fundadores empezaron muy jóvenes, ahora los que estamos todos gente de cincuenta y pico. Alguno de los que se marcharon ya tiene sesenta años y otro se acaba de jubilar. Entonces, la gente no tenía muy claro su futuro y como Fuxan os Ventos era un grupo vinculado a Lugo, después cada uno encauzó su vida por distintos derroteros. Incluso por no poder asistir a los ensayos o compaginarlos con sus trabajos. Eso propició muchas entradas y salidas en el grupo desde los primeros años. A partir del año 78, la formación se estabilizó y seguimos los mismos.

–¿Cómo consigue conciliar su profesión de maestra con Fuxan os Ventos y la coral de Agolada?

–Mi principal prioridad musical es Fuxan os Ventos. De hecho, si me coinciden actuaciones o ensayos entre las dos formaciones siempre escojo el grupo musical, entre otras cosas porque la coral no depende de mí. Lo de Fuxan os Ventos es diferente porque siempre estás más condicionada y en la coral no soy para nada imprescindible, aunque soy solista, pero soy solita si estoy, claro.

–Durante años dio la sensación de que Fuxan os Ventos hubiera desaparecido, pero no fue así. ¿Qué pasó?

–Es cierto que en Fuxan estuvimos varias etapas en las que estuvimos así como un poco parados. Siempre estuvimos ahí para grabar o sacar algún disco, aunque no hiciéramos ningún directo y como a mi me gustaba tanto canta, pues quería seguir haciéndole. Además, a mi me gusta mucho el repertorio de coral porque abarca un poco todo. Por supuesto, no es comparable a Fuxan, donde estás más implicada a nivel personal.

–¿Cómo ha evolucionado Fuxan os Ventos como grupo en todo este tiempo?

–Desde el principio, la filosofía del grupo fue la de luchar por nuestra cultura y por nuestra riqueza musical. En ese aspecto, hemos recogido muchas canciones, sobre todo en la montaña de Lugo, porque la mayor parte de la gente del grupo es de allí. Después, lo llevamos a nuestra vida porque yo recuerdo que antes había ciertas actuaciones que no hacíamos. A mi eso me parece ser consecuente con lo que piensas porque si crees que no debes de ir a un sitio por la política que sigue ese lugar, o porque no procede que vayas allí, es lógico no ir. Recientemente grabamos un programa en la televisión al que fuimos sin saber a dónde íbamos. Al terminar todos nos preguntamos si debíamos estar allí, y no porque nos consideremos superiores a nadie, sino porque no nos parecía consecuente estar en un programa que no dice nada y al que sólo fuimos para llenar minutos. Y, a lo mejor, el programa se siente más auténtico llevando a Fuxan. Entonces, grabamos y creo que se va a emitir. Son cosas que haces y, después, te arrepientes pero si lo hiciste y dijiste que sí, pues hay que asumirlo.

"El hecho de arrastrar a tanta gente hace que nuestros conciertos sean selectivos, sobre todo por presupuesto"

–¿Cuál es el motivo de que Fuxan os Ventos tampoco se prodigue mucho sobres los escenarios?

–Nosotros somos muchas personas. El hecho de arrastrar a tanta gente hace que nuestros conciertos sean selectivos, sobre todo por presupuesto. Y no porque lo nosotros cobramos porque, a lo mejor, la gente escucha que Fuxan os Ventos cobró 35.000 euros por un concierto, pero nosotros de ese dinero sólo recibimos lo que nos corresponde. Quiero decir con esto que nosotros nunca vivimos de los ingresos del grupo. Cobramos gastos y cuando tenemos dinero en el banco, a lo mejor decidimos repartir una cierta cantidad entre todos. Pero como somos tantos, te tocan mil o dos mil euros, claro.

–¿En qué consiste el proceso de recuperar la música tradicional gallega por parte del grupo?

–Ahora lo hacemos a mucha menor escala que antes. Recuerdo actuaciones en la montaña de Lugo, donde cantábamos, y, después, durante los pinchos posteriores participaban gente de los sitios a los que les pedíamos que cantaran sus canciones. Esas son las actuaciones que recuerdo con más cariño desde que entré. Al fin al cabo, yo soy de aldea y era como seguir en ella. Fueron actuaciones muy fructíferas tanto a nivel personal como a nivel profesional porque recogíamos muchas canciones.

–¿Qué queda hoy en Fuxan os Ventos de la rebeldía de los primeros tiempos?

–Todos en nuestra juventud somos más revolucionarios, aunque conservemos una cierta cultura de rebeldía. El gallego estuvo muy perseguido y ahora está defendido en las instituciones. Yo tampoco veo bien que se tenga que defender un idioma desde la administración. De hecho, el gallego no se perdió gracias a la gente de aldea, que incluso era ridiculizada. Alguien tenía que salir en defensa de esa gente, y hoy nuestro papel es el mismo pero ceñido más a la música propiamente dicha.