La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga el insólito robo perpetrado ayer en el bar Duende de la rúa Calzada de Lalín, asaltado de madrugada, después de que los cacos robasen las llaves del local del interior del coche de su dueño, estacionado en la calle Corredoira.

José Manuel López, propietario del establecimiento desde hace un par de años, fue alertado durante la mañana de ayer del robo en su local y al salir de su vivienda, a las afueras del casco urbano, comprobó que las lunas de su turismo habían sido rotas para llevarse, entre otras pertenencias como prendas de ropa, las llaves del establecimiento. Una vez que llegó al bar comprobó los importantes destrozos ocasionados en su interior por los ladrones, que se llevaron unos 300 euros de la caja registradora y otros 700 de cambio que el propietario tenía en otra caja de caudales. Además, destrozaron la máquina tragaperras, la de tabaco y otras de juego para hacerse con un botín cuyo alcance desconocía ayer el afectado. "La verdad es que es un poco raro y no quiero decir nada, pero parece que es alguien que me conoce bien", señala José Manuel López, pues los cacos sabían la zona en la que residía y estacionaba su vehículo.

Una vez dentro del establecimiento, situado al lado de una parada de taxis, los ladrones tuvieron tiempo para hacerse con botellas "de las más caras" y se dedicaron a destrozar parte del mobiliario. "Incluso intentaron arrancar un televisor de plasma, pero como no pudieron, también rompieron parte del aparato", apunta. Pero lo que resulta más extraño fue que, no contentos con llevarse el botín, los ladrones destrozaron una cañería de agua de la canalización principal del establecimiento, que acabó inundado. Un equipo del parque de bomberos acudió a primera hora de la mañana a achicar el agua, que afectó principalmente al suelo y a parte de las paredes del bajo.

Incendio fortuito

El dueño del bar Duende, que tiene asegurado su establecimiento recuerda que meses atrás en su local se había registrado un incendio fortuito, originado por una chispa en un enchufe, que obligó a López a renovar parte del mobiliario y a pintar las paredes del bar. Ahora espera que la investigación fructifique cuanto antes.