"Os quintos i os alcamotes cantan, crean, constrúen, doman a pedra, levantan ciudades e as caicoas, as arias xidas, as xarnas e as xarelas. O mundo é unha pedra, os camiños están estrados de arias guiches. E o fogo –isa cousa do ceo– arde sobre as arias de mariñar o rufo". Celso Emilio Ferreiro también empleó el famoso "latín de los canteros" en estos versos para plasmar la esencia y la importancia que tuvo este gremio en Galicia, en la comarca de Terra de Montes y, especialmente, en Cerdedo.

Este pueblo vio nacer a muchos profesionales que, generación tras generación, se rompían sus manos para crear historia con sus obras, que hoy día forman parte de nuestra identidad cultural y de nuestro patrimonio.

El escritor cerdedense, Calros Solla, también quiso aportar su granito de arena al homenaje que otros quisieron rendirle a este maravilloso oficio. Una de sus últimas publicaciones, O vervo xido. A fala secreta dos canteiros de Cerdedo, habla de uno de los muchos tesoros que los canteros dejaron como legado gallego: el "latín de los canteros", acuñado verbo xido, que significa "habla hermosa".

El libro es un manual que reúne más de 2.000 términos de la jerga de los canteros con el fin de guiar a todos aquellos profesionales del oficio interesados en aprender el habla secreta que otrora reinaba en Galicia. Aunque ya hay otras publicaciones similares, la novedad que incluye la obra de Solla es que las palabras vienen ordenadas por campos semánticos, facilitando así su aprendizaje. En este sentido, el escritor y también historiador Calros Solla anunció que, de cara al invierno, tiene previsto convocar grupos de diálogo para que todos aquellos que estén interesados en conocer el pasado de su oficio, puedan aprender a hablar el verbo xido.

El idioma críptico de los canteros nació en la época en la que surgieron los gremios. No se conoce con exactitud la fecha de estos acontecimientos pero los historiadores lo sitúan aproximadamente en la Edad Media. Desde entonces, los canteros decidieron inventarse una lengua para transmitir los conocimientos de generación en generación, ya que en aquella época eran muy pocos los que sabían leer y escribir. Según Calros Solla, la jerga secreta de los canteros fue también el punto de partida para el nacimiento de otros dialectos en diversos oficios, como la construcción con su "latín dos chafoutas".

El verbo xido servía como marca de distinción y exclusividad de los grandes maestros de la piedra. Es un dialecto inventado, con base y gramática gallega, y que se fue fraguando a través de mezclas y conjugaciones ajenas con otros idiomas, como el inglés, el francés o el vasco.

Actualmente, el dialecto se fue perdiendo a medida que la profesión fue también perdiendo fuerza. En este contexto se sitúa el trabajo de Solla, quien no se cansa de decir que Terra de Montes es tierra de piedra y que Cerdedo ocupa un lugar importantísimo en el mundo de la cantería. De aquí cuenta que salieron grandes maestros como Pedro de Arén y Pedro de Monteagudo, artífices de fachadas de grandes iglesias como la del Mosteiro de Poio, o la del de Sobrado dos Monxes e incluso de la torre de la catedral de Ourense.