La librería Faro abrió sus puertas un mes de noviembre de 1962 en el municipio de A Estrada. Junto con la librería Durán, ambas inauguraron el mercado librero en la villa. Eran tiempos de prosperidad para el comercio y para la empresa local. Ahora, tras 49 años de vida, decide echar el cierre definitivo a su local bajo el nombre de Librería Faro.

Los hombres de la casa trabajaban en las numerosas fábricas existentes y sus mujeres abrían pequeños comercios en el casco urbano, conformando así los primeros pasos de una sociedad industrial estradense. María Teresa Torres Lea, más conocida en el pueblo por Maruja Torres, también formó parte de esa generación de mujeres que salían a trabajar rompiendo con el rol de amas de casa que arrastraban hasta ese momento. Describe aquellos años con una sonrisa, al recordar que el pueblo rebosaba esplendor, especialmente cuando las obreras, que cobraban por quincenas, recibían el dinero. Y eso se reflejaba en el comercio local: "se vendía mucho más y era otra alegría, había mucho movimiento", recuerda.

El camino de la librería Faro se inició de la mano del marido de Maruja. José Ramón García Rodríguez, más conocido como Pepe Faro. Era un joven que decidió dejar su carrera de Química en la Universidad para instalar en A Estrada su tienda. Su amor por los libros lo heredó de su padre, maestro lalinense, y de la amistad que tenían con los de la librería Alvarellos, también de la capital del Deza. Así, Pepe Faro puso su nombre a un establecimiento que acabaría creando fidelización entre los estradenses hasta hoy.

Otros tiempos

Maruja Torres lleva trabajando en la librería 41 años. Ella cuenta, emocionada, que aquella época inicial era espléndida para el comercio, especialmente en verano y durante las Navidades.

"Las primeras navidades fueron apoteósicas. Se trabajó un poco de todo. Incluso la decoración navideña. Venían los extranjeros y compraban", cuenta Maruja. Los emigrantes volvían a su pueblo natal a pasar las vacaciones con sus familiares. "Ellos venían y compraban mucho porque traían dinero", explica. "Nada que ver con los tiempos de ahora, sobre todo con la crisis", dice pero matiza que "aun así esta librería sigue siendo eficiente y, si se trabaja, se obtiene un buen sueldo". Recalca que su balance de todos estos años es positivo: "la librería siempre funcionó de maravilla, gracias a Dios".

El motivo del próximo cierre de la mítica Librería Faro es que la dueña decidió que le llegó el momento de retirarse y que sus hijas ya continúan con el negocio familiar desde otro local. "Al tener ya otra librería, puedo cerrar esta aquí con el nombre de Faro. El local lo traspaso para que otra librería pueda seguir atendiendo la gente que solía comprar aquí por tradición y por fidelización a nuestro establecimiento", aclara Maruja. Explica que la clientela es de 49 años, es decir, fidelizó gente desde el primer momento: "es la situación en donde está el local de la librería. Hay clientela de 49 años. Es un referente. Al cerrarla, no quedaría como Faro pero hay mucha gente mayor que compra aquí por costumbre y tradición que no va a ir a comprar a la Faro de Calvo Sotelo ni a otro lado."

La librería está ya a vueltas con liquidación de todos sus productos para tener todo preparado para su cierre final y definitivo..

Así, hacia el mes de noviembre, coincidiendo con su 49 aniversario, la Librería Faro, sita en la calle Peregrina de A Estrada, echará su cierre definitivo. La intención es dejar sitio para que otra librería vuelva a proliferar en el local, así como lo hizo la Faro hasta el último día de su casi medio siglo de vida. Por su parte, Maruja Torres, dueña de la librería, se retira para disfrutar de sus nietos y tranquila porque sus hijas se encargarán de seguir el "negocio familiar" desde la librería Faro de la calle Calvo Sotelo.