El año pasado se proclamó vencedor de la octava edición del Premio Barriga Verde de textos para teatro de marionetas en la categoría infantil. Su obra Fábula Galénica cuenta las aventuras de el burro de la tía Lola, un personaje inmortalizado por el grupo Os Dezas de Moneixas en el pasodoble del mismo nombre. El libro será presentado mañana, a partir de las 21 horas, en la sede de la Asociación Manuel Ferreiro y contará con la presencia del también escritor Mario Pereiro, y los músicos Benxa Otero, Pablo Doval y Carlos Quintá, que interpretarán temas de la formación de gaiteiros. Inacio Vilariño es un gran admirador de la cultura popular.

-¿Por qué eligió a un animal como el burro como protagonista de su libro?

-Entiendo que se trata de un personaje ficticio al que Os Dezas de Moneixas le dedicaron un precioso pasodoble muy conocido en toda la comarca. Todo esto surge de mi obsesión personal por investigar en la cultura popular en todas sus manifestaciones. La historia me pareció interesante porque pensaba que aquel burro podría tener algo especial.

-¿Se trata de una pieza con varias lecturas por su carácter de fábula?

-Sin duda tiene lecturas muy diferentes. Si el que lo lee o asiste a la representación es de Lalín podrá reconoce muchos de los lugares comunes. Para los que no son de aquí, la pieza les puede interesar, también, por su carácter universal. En Fábula Galénica se recorren una gran variedad de espacios que se relacionan de manera dinámica.

-¿Cuenta con muchos personajes?

-Bastantes. La historia los moviliza a todos de una forma muy amena y, aunque en su mayoría están inspirados en el mundo de las fábulas tradicionales, pienso que son muy contemporáneos. Para mí, la principal cualidad del texto es su frescura y la agilidad de los diálogos, algo muy importante cuando de lo que se trata ese contar una historia que pueda ser representada con títeres o en un teatro de marionetas. El dinamismo es fundamental en este género.

-¿Se podría decir que Fábula Galénica es una obra con mensaje o moralina?

-El personaje central es un burro, al que quise abordar desde dos vertientes distintas. Primero como un animal muy querido por todos y, también, en referencia a los burros que pueden llegar en nuestra clase política. Lo bueno de las fábulas es que en ellas los animales pueden hablar. Aquí, hay animales que hablan como las personas y personas que se comportan como animales, como decía la canción de Fuxan os Ventos.

-¿Hasta que punto ha estado a la hora de escribir el texto sabiendo que se trata de algo que hay que trasladar a la palestra del teatro de títeres?

-Nunca sentí ese condicionantes. Al final y al cabo es un espectáculo de marionetas, con todo lo que ellos conlleva desde el punto de vista de la confección de los diálogos y de la composición de las diferentes escenas. Como te dije antes, en ella hablan los animales y las cosas, y se juega mucho con la magia. Lo de galénica hace referencia a las viejas radios de galena y, también, a todo lo que tiene que ver con la alquimia. El elemento mágico está muy presente durante toda la obra porque me parecía importante que estuviera ligado a la que es la historia y todo lo que quiere contar.