"No Campo dos Cans hai oito medorras e a do medio garda as outras todas". Este dicho popular volvió a escucharse ayer en Cerdedo, en el límite entre Figueroa y Tomonde, el mismo lugar en el que 8 mámoas en disposición circular constituyen una valiosa huella del Neolítico en unas tierras en las que algunos estudios sitúan ya las raíces del religioso ilustrado Martín Sarmiento, cuyos pasos volvió a seguir ayer la Asociación Ecoloxista e Cultural de Terra de Montes Verbo Xido en la octava edición del Roteiro Sarmiento. Este año el recorrido se desvió de la traza habitual para proponer a los asistentes, cada vez más numerosos, diversas escalas por la riqueza arqueológica que atesora el municipio cerdedense.

Alrededor de medio centenar de personas aprovecharon la espléndida jornada dominical para ponerse en marcha, en un día claro que permitía vislumbrar el mar marcando el horizonte desde el Outeiro dos Corvos. El punto de partida, como viene siendo habitual en esta ruta, fue la Praza da Igrexa de Cerdedo. Sin embargo, en lugar de encaminarse hacia el conjunto monumental de San Xoán o el Seixo, este año el caminar comenzó por el Cruceiro das Antas, un yacimiento de la Edad de Piedra y la Edad de Bronce localizado en el límite entre las feligresías de Figueroa y Tomonde.

Desde allí, el grupo ascendió hasta el citado Campo dos Cans, también conocido como Outeiro dos Corvos, una necrópolis tumularia de alrededor de 5.000 años de antigüedad, en función de la información facilitada ayer por Calros Solla, quien ejerció de guía para los asistentes y presentó su obra "Carta arqueolóxica do Concello de Cerdedo". Solla explicó que este yacimiento encuentra referencias en el "Glosario de voces galegas" de Frei Martiño Sarmiento.

Avanzando hacia el norte, ya en el límite en el que se funden los concellos de Cerdedo y Forcarei, los asistentes a la ruta pudieron disfrutar de la Eira dos Mouros, las mámoas del monte de Vilalén-Tomonde y los denominados "Santos" da Porteliña, menhires de "cachote" que, según narró este experto, los vecinos armaban y desarmaban con una doble finalidad: "desviar o raio da aldea e mudar as témporas". De este modo, la estructura adquiría una forma u outra, más alta o más baja, en función de si se deseaba pedir un tiempo seco o húmedo en beneficio de las cosechas.

El VIII Roteiro Sarmiento concluyó en la aldea de Tomonde. A partir de aquí, todos los asistentes se desplazaron hasta Cachafeiro para compartir un cocido e intercambiar experiencias sobre una jornada de caminata distinta a todas las ediciones anteriores, en la que los pasos de Sarmiento se habían seguido de manera fiel para acompañarlo en el recorrido que realizó por estos parajes en el siglo XVIII. En cambio, el de ayer fue una viaje a la prehistoria de la comarca, una experiencia que tanto los fieles a esta ruta como aquellos que la descubrían pudieron disfrutar. "O Roteiro Sarmiento xa funciona só", apuntó Solla, quien indicó que "a rede xa está feita", en alusión a las caras nuevas, procedentes de los más dispares lugares, que los organizadores pudieron encontrarse en esta octava edición. Les une el caminar y el deseo de descubrir las maravillas de la historia.