De un tiempo a esta parte, los colegios de la comarca se han apuntado a la recuperación de la celebración del Samaín, una fiesta de origen celta que llevaba varias décadas en el cajón del olvido. Muchos toman su bandera y la enfrentan al Halloween al más puro estilo americano aunque, en el trasfondo de ambas se esconde la vivencia de la noche del 31 de octubre como una velada en la que se estrecha la línea que separa el mundo de los vivos del reino de los muertos. La calabaza constituye todo un icono de estas celebraciones, adoptando para la ocasión las más variadas formas. Algunas leyendas le atribuyen la función de iluminar el camino a los difuntos en esta noche especial, mientras que otros las sitúan en las casas como un amuleto para evitar la visita del mítico "Jack of the lantern" un espíritu que vaga por el mundo llamando a las puertas y entonando el famoso "truco o trato". Sea como fuere, esta noche en cuestión se presenta perfecta, y en el sentido más literal de la expresión, para que te den calabazas.

Los colegios de Tabeirós-Terra de Montes combinaron en la jornada de ayer la celebración del Samaín, el Halloween y los tradicionales magostos propios de esta época del año. A todo ello sumaron los alumnos del colegio de Oca una carrera solidaria en favor de la organización Save the Children. Abuelos, padres, alumnos y profesores compartieron esta actividad y lograron recaudar 500 euros para aportar su granito de arena a la importante obra que realiza esta entidad.

Por su parte, el colegio Cabada Vázquez de Codeseda celebró el Samaín con un concurso de decoración de calabas, piezas que estuvieron expuestas en este centro educativo durante toda la semana. La jornada de ayer se dedicó a la entrega de premios para las creaciones que más gustaron por cada ciclo, tal y como se hizo también en el colegio Nosa Señora das Dores de Forcarei, donde los actos para conmemorar el Halloween estuvieron organizados por el departamento de inglés. El centro acogió asimismo, tal y como sucedió en Oca, una exposición de productos de otoño.

Además del premio reservado para la calabaza ganadora, todos los alumnos participantes recibieron un regalo. En esta iniciativa colaboraron el Concello de Forcarei, Caixanova, la Asociación de Comerciantes e Empresarios de Forcarei (ACEF) y el Banco Gallego.

La influencia de esta fiesta se dejó sentir también en las calles de A Estrada, en donde en la tarde de ayer algunos niños se animaron a lucir disfraz. Se le llame Halloween o Samaín, esta fiesta ha vuelto para quedarse.