El buen tiempo animaba ayer a acercarse a la costa y disfrutar de la última posibilidad de broncear, aunque sutilmente, la piel. Pero en la comarca dezana se barajaron un sinfín de opciones para sacarle partido a un calor casi veraniego. Una de ellas era la Festa do Porquiño ó Espeto, que organiza el colectivo de Cabaleiros de Lalín y que va ya por su segunda edición.

Fue, de hecho, el plan dominical para más de 80 amantes del mundo equino y la posibilidad de descubrir nuevos paisajes en la comarca disfrutando a lomos de un caballo. La comitiva, ducha en rutas ecuestres, partió en torno a las 10.00 horas de las instalaciones del club hípico Juan Olveira en dirección a Vilatuxe, donde pararían para tomar un tentempié antes del camino de regreso. Entre uno y otro lugar, zonas de Doade o de Lebozán se mostraban con nueva imagen a ojos de los jinetes, en este tiempo de primavera de otoño.

Nuevas rutas

De vuelta ya en el club hípico, los participantes dieron buena cuenta del menú que da nombre a su fiesta, así como de una variada carta de delicias que, por 20 euros, dio pie además a una prolongada sobremesa en la que salieron a relucir los pormenores de la ruta así como proposiciones de recorridos que aún quedan por descubrir en la comarca. De hecho, entre los proyectos inmediatos que baraja la cúpula de Cabaleiros de Lalín está organizar un paseo a la localidad de A Gouxa, en Dozón, puesto que el recinto ferial del lugar cuenta con una amplia zona donde pueden descansar las montaduras. Cabe destacar que en esta edición se mejoró considerablemente la afluencia de público, cercano al centenar de simpatizantes, puesto que el primer año de la Festa do Porquiño ó Espeto de estos jinetes de la comarca congregó a 50 personas.