La moción de censura afronta su semana decisiva, con vecinos y políticos pendientes solamente del día que se concrete su presentación en el registro municipal. Las inmediaciones de la casa consistorial recibieron durante toda la mañana de ayer la visita de numerosos vecinos, interesados en conocer si los ediles del PP y los dos no adscritos habían presentado su propuesta. Pero no fue así. Este proceso está provocando ciertas dosis de ansiedad, no sólo entre el grupo de gobierno, si no también entre buena parte de la ciudadanía; pendiente de que sus promotores decidan dar el paso. Porque la moción de censura está ya pactada e incluso no era descartable que se registrase ayer; no obstante, sus impulsores han decidido aplazarla sólo durante unos días, que podrían ser incluso horas.

El hecho de que no se registrase ayer no varía un ápice sus planteamientos y la solicitud del pleno extraordinario para arrebatarle la alcaldía a Paula Fernández Pena será sin lugar a dudas esta semana. Tampoco se descarta que pueda ser durante la mañana de hoy. Entre los promotores de la censura se apela a la ley del silencio y el portavoz del PP, José Fernández Viéitez, eludió contestar a las llamadas de esta Redacción. Quien sí lo hizo fue la que será la próxima alcaldesa. Ofelia Rey descartó que exista una fecha concreta para el registro de la moción, aunque no negó tajantemente que se pueda producir en los próximos días. Rey decide así ser cauta y no realizar ningún tipo de declaración pública hasta que la censura sea un hecho.

En todo caso, esta situación está provocando un cierto desasosiego entre el grupo de gobierno, quien sabe desde hace semanas que la maniobra de populares y no adscritos irá adelante sin duda. El despliegue de medios de comunicación y las visitas de curiosos por las inmediaciones del consistorio incluso están interfiriendo en la actividad municipal. Incluso la mandataria y el teniente de alcalde, Manuel Cuiña, abandonaron unos instantes sus despachos para atender a la prensa, que pasó unas cinco horas delante del edificio público. La propia alcaldesa también estaba convencida que ayer sería el día elegido para registrar la convocatoria del pleno, aunque reconoció que esta situación no le ocasionaría cambios en su agenda de trabajo.

La expectación se trasladó también a los edificios próximos al consistorio, con varios vecinos observando desde sus balcones el tránsito de personas por la rúa Trasdeza. La larga mañana de ayer concluyó sin más novedades relativas al tan recurrida asunto, pero sirvió, en parte, para que buena parte de los ciudadanos conociesen el horario de atención al público del registro. Mientras, el concello recibía un aluvión de llamadas, de medios de comunicación y ciudadanos, interesados en conocer si se había presentado la moción.