El concejal silledense Gerardo Lázara condiciona ahora su apoyo a la alcaldesa, Paula Fernández Pena, a cambio de controlar las concejalías de Obras y Deportes y mantener su dedicación exclusiva durante lo que resta de mandato. Pero Lázara no soló pretende asumir estos dos departamentos, si no que reclamó a la mandataria una delegación expresa de todas las competencias de estas concejalías; que como todas las demás recaen en la alcaldía, además de asumir la toma de decisiones en cada una de estas concejalías sin depender del beneplácito del grupo de gobierno.

El pulso que mantiene con la regidora supone que Lázara pasaría a ser el único responsable de los departamentos de Obras, Deportes, Medio Ambiente, Turismo y Medio Rural, haciéndose así con el control de las áreas más inversoras y con la autonomía para priorizar las iniciativas que estimase más ventajosas. Pero en la maniobra del cuestionado concejal se esconde la evidente intención de arrebatarle a Manuel Cuiña la concejalía de Obras y arrinconar al hombre fuerte de la alcaldesa desde el principio del mandato. En tan sólo un mes, Lázara ha pasado de ofrecer su acta a la alcaldesa para realizar una reestructuración en el gobierno local a imponer su propuesta; algo que contribuye más si cabe a agravar la crisis de gobierno que padece Silleda desde hace muchos meses. Aunque la alcaldesa ha declinado confirmar las imposiciones del edil, esta Redacción sí ha podido corroborar el órdago de Lázara, que deberá ser analizado ahora por la recién nombrada ejecutiva de los socialistas gallegos. El hecho de que Pablo García, su secretario de organización sea trasdezano, puede contribuir en parte a solventar las disputas internas y ésta será una de las prioridades que tengan que asumir los socialistas gallegos para no ceder el poder en uno de los concellos más importantes del norte pontevedrés. El PSdeG, además de entablar contactos con los ediles del grupo de los no adscritos, tiene ahora la complicada misión de negociar con un concejal de su mismo partido para garantizar que Pena pueda completar los dos años que le restan de mandato con acuerdos puntuales y para sacar adelante iniciativas de calado como el Plan Xeral o los presupuestos municipales.

Las maniobras de Lázara confirman las alusiones realizadas por el Partido Popular, que apuntó a finales de la semana pasada a las exigencias del concejal de Medio Ambiente a la mandataria. Su portavoz, José Fernández Viéitez, apuntó entonces que daría a Pena un pequeño margen de confianza para recomponer los problemas de su ejecutivo y aseveró que, en caso de que resultasen infructuosos, pedirían su dimisión.