El remate de las obras de urbanización del Agro de Lalín de Arriba se retrasará al menos hasta el próximo mes de septiembre, justo cuando se cumplirá un año de su inauguración oficial. Será entonces cuando Unión Fenosa instale el cableado subterráneo de la línea de alta tensión que atraviesa la zona, la única actuación de importancia que falta para que el concello pueda recepcionar la obra. De este modo, la empresa Taboada y Ramos se verá obligada a solicitar la sexta prórroga por motivos ajenos a su labor.

“Agardamos que sexa o último prazo, porque está xa superado o habido e por haber en canto á paciencia” respecto a la actuación de la eléctrica en esta obra, declara el concejal de Urbanismo, Román Rodríguez. La estructura para introducir el cableado subterráneo está lista desde hace casi un año. En las negociaciones con Fenosa antes del pasado verano, la compañía había dado un plazo de seis meses para disponer del material, un cable especial que tenía que ser fabricado ex profeso. Sin embargo, el proceso ni siquiera llegó a ponerse en marcha, según ha podido averiguar ahora el gobierno lalinense, que ha tenido que recurrir “ás máis altas instancias” de la firma eléctrica para poner en marcha la actuación.

Desde el concello se reconoce que los propietarios de solares en Lalín de Arriba “non teñen présa” por disponer de sus fincas urbanizadas en plena crisis de la construcción. No obstante, sí hay algunos que ya se han dirigido al concello para comenzar a pergeñar proyectos con la intención de tenerlos listos para iniciar su tramitación en cuanto sea posible. Estas iniciativas se refieren, fundamentalmente, a la zona superior, destinada a chalés. “Nesta área xa se moveu algo, hai proxectos en marcha”, corrobora el concejal de Urbanismo. Pero el concello no podrá darles licencia mientras no acabe oficialmente la urbanización.

El retraso en la finalización de la obra podría conllevar también una moratoria en la ejecución de los pagos, en concreto, del tercer plazo pendiente. Así lo admite Román Rodríguez, aunque señala que será el departamento municipal de intervención el que diga si, legalmente, es posible un aplazamiento de la tercera cuota, cifrada en 770.000 euros, como las otras dos. De ser así, el concello parece dispuesto a ello, muy consciente de que la obra se ha dilatado mucho más de lo previsto. En cuanto a las cuotas ya satisfechas, la segunda lleva el mismo ritmo que la anterior, por lo que se ha cobrado en torno al 70% del millón y medio de euros sacado a cobro.