El proyecto de la Consellería de Educación para el nuevo colegio Xesús Golmar de Lalín contempla un edificio muy alejado de los academicismos que se suelen utilizar para la construcción de centros educativos. Así, llama especialmente la atención por su espectacular colorido, ya que se pretende completar las fachadas con pinturas llamativas, que al menos en el esbozo inicial eran amarillas y grises. Esta cuestión se debe, según el arquitecto Xesús Álvarez, a la necesidad de convertir el colegio "nun edificio alegre que sexa unha referencia".

Tras señalar que está pensando para su vida sea superior a los 40 años del actual centro, el arquitecto también incidió en que se va a mejorar la distribución pese a que todos los alumnos van a estar contenidos en un único inmueble. Así, se buscará el reparto de espacios entre los alumnos de infantil y primaria, "co cal teremos dous colexios nun, xa que todos sabedes que pouco teñen que ver os nenos que comezan con catro anos que os de once".

En este sentido, se va a construir una dársena de tres autobuses y un acceso propio para los más pequeños, aunque se habilitará de modo provisional hasta que el concello lalinense no proceda a la apertura de una nueva calle que está prevista en ese entorno escolar.