Las fechas navideñas también están vinculadas a cenas familiares, de amigos o de empresa que obligan a muchos restaurantes a rechazar reservas y colgar el cartel de "lleno". La crisis económica no parece afectar a este tipo de veladas, pero sí a su coste. En Lalín, desde el restaurante Cabanas su propietario, José Luis Iglesias, señala que continúa manteniendo su aforo de 60 comensales "pero que piden un menú máis barato e no que tamén se inclúe un viño máis asequible", reseña. Incluso, se prescinde de este caldo en varias ocasiones "debido ás probas de alcoholemia, e os conductores prefiren non arriscar". Otra de las opciones es recurrir al menú del día, como ocurre en el Mesón os Arcos, que durante estos días prepara ya las cenas de Fin de Año, "que serán cos clientes de anos anteriores", indican. En Silleda, para atajar el revés económico el Hotel Oca Katiuska dispone de hasta 13 menús diferentes tanto en su composición como en el precio. Las celebraciones que acoge este recinto mantienen el mismo nivel de las fiestas de años anteriores, ya que hasta el día 23 cuenta con 18 cenas reservadas y durante todo este puente no dispone de habitaciones libres.

Situación diferente se da en el Mesón O Pote, en Vila de Cruces, donde "se antes pedían dous platos de marisco, agora consúmense tres", indican los propietarios.

Y si las cenas resultan inaplazables, en calzado y textil las compras podrían demorarse hasta finales de mes, según las previsiones del secretario del colectivo Fórum Urbano, Alfonso Portas. "Nesta ponte non se dispararon as ventas porque a xente está coas matanzas, e por iso moitos locais xa nin abriron". En cuanto a los regalos navideños, Portas también apunta que podría recortarse su cuantía en el textil, "xa que se antes se regalaba unha cazadora, agora optase por unha camisa", señala.