La lengua azul ha llegado a la provincia de Pontevedra. Una granja de una parroquia de Silleda presenta tres vacas con esta dolencia de origen vírica, aunque los animales no padecen el cuadro habitual de la patología, según indican los responsables de la explotación. La explotación fue visitada ayer por un veterinario para cumplir con la normativa vigente, que establece, según Medio Rural, que no se pueden trasladar los animales hasta que se determine que no hay riesgos de contagio.

"As vacas están perfectamente, non teñen ningún problema, polo que non cremos que sexa necesario aplicarlles un tratamento", afirman los dueños, a la vez que reiteran que los ejemplares habían sido incluidos dentro de la campaña de detección de esta enfermedad, promovida por la Consellería de Medio Rural. Los ganaderos destacan, además, que el resto de las reses no padece la enfermedad, aunque el protocolo habitual en estos casos indica que se debe "desinsectar" la totalidad del establo para prevenir posibles contagios de esta patología, transmitida por un insecto y que, curiosamente, no suele sobrevivir a las bajas temperaturas.

Los propietarios afirman que fueron ellos los que propusieron la realización de las pruebas diagnósticas "ao desconfiar de que podían ter a enfermidade", aunque destacan que las reses no serán tratadas como en la mayoría de los casos. Las pruebas definitivas fueron remitidas desde un laboratorio madrileño a la Xunta, que contrasta las analíticas que se realizan en el centro que la Consellería do Medio Rural tiene en Lugo. "Ao estar todo o día coas vacas, nótaslles cando poden ter algo, e por eso pedimos que lle quitaran sangue e o analizaran", indican.

Cabe reseñar que la Xunta no obliga al sacrificio de los animales que hayan nacido en granjas de la comunidad autónoma, aunque sí lo establece para el resto de los ejemplares importados desde otros puntos de Europa. De hecho, la lengua azul no suele provocar la muerte de los rumiantes, salvo en casos excepcionales, aunque sí provoca una patología que debe ser tratado por un veterinario mediante la aplicación de antibióticos y otros medicamentos para paliar los efectos de la enfermedad. El cuadro que suelen presentar las reses consiste en una notable pérdida de peso, fiebres demasiado altas, heridas en la cavidad bucal; algo que puede desencadenar en que el ejemplar nunca se recupere y, en algún caso, los propietarios opten por sacrificarlo. Medio Rural realiza dos campañas simultáneas, una de vacunación y otra de detección, en las que se actúa de inmediato en los casos sospechosos, al margen de los controles rutinarios.