El alcalde de Lalín, Xosé Crespo, llevaba varios días mostrándose muy crítico con la gestión del PSOE en distintas administraciones, pero ayer explotó definitivamente y expresó su máximo nivel de enfado al no ser invitado ni él ni el regidor de Cruces, Jesús Otero, a un acto del Tren de Alta Velocidad (TAV) que contó con la presencia de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. El enorme malestar de Crespo se agravó al tratarse de una actividad oficial que se desarrolló en los términos de Lalín y Cruces y, para más inri, que contó con la presencia de los alcaldes socialistas de Silleda y Piñor, Paula Fernández Pena y Francisco José Fraga, a los que el presidente Touriño llegó incluso a dirigirse en su intervención.

Crespo indicó que esta situación "nunca se producira na democracia" y apuntó que en sus visitas con Manuel Fraga o conselleiros del PP "sempre estivo invitado o alcalde do concello en cuestión". El alcalde admitió que pensaba que el acto era en Silleda -razón por la que no envió a la Policía Local como anunció en la anterior visita de la ministra a Lalín- y que tenía pensado hacer una protesta si estaba Pena, ya que a él no se le invitó al acto de Vilanova. Poco más tarde, le llamó Otero y le explicó que los actos eran en Lalín y Cruces, por lo que ambos se acercaron hasta la zona. "Que non inviten a un alcalde é de mal gusto pero estando os de Silleda e Piñor é unha tropelía institucional e unha falla de respecto aos veciños de Lalín e Cruces, xa que nós somos os seus lexítimos representantes", manifestó el alcalde.

Crespo culpó principalmente de este "sectarismo" a Pérez Touriño, ya que indicó que Magdalena Álvarez, "unha incompetente e a peor ministra da democracia", no tiene porque saber la localización del acto, pero el presidente de la Xunta está obligado a ello. El alcalde realizó una retahíla de calificativos para los políticos socialistas, a los que tildó, por esta actitud, de "mesquinos, miserables e partidistas". Anunció, al igual que Otero, la remisión de una carta de queja al presidente Touriño y en su contenido adelantado a los medios amenazó con que los alcaldes "verémonos na obriga de devolverlles a moeda". Asimismo, Crespo adelantó que se va a tomar medidas en la afección de las obras del TAV a bienes municipales como pistas y que hará llegar su queja a los grupos del PP en Madrid y Santiago. Además, mirará con lupa la legalidad de la escombrera de Bendoiro y todo los relacionado con la línea en Lalín.

Crespo se mostró muy molesto con los socialistas y advirtió de que "están avinagrando e hipotecando a relación institucional no futuro" y volvió a amenazar con "responder en iguais condicións a este xeito de actuar partidista e miserable". "Se volven por aquí toparanse con algún outro problema", apostilló Crespo.

Finalmente, lamentó que la ministra señalase en su alocución que Pena le dijese que en Silleda la gente está muy contenta con las obras, ya que recalcó que en Lalín "hai moitos problemas", en Vilanova, Donsión, Botos, Anzo y sobre todo Vilar do Xestal, donde tildó de "humillación" el trato a los vecinos afectados.

Por su parte, Otero siguió la misma línea, se declaró "cabreado" y anunció que va a perder el respeto institucional a Touriño. "Hai que darlle coa mesma moeda", manifestó, antes de indicar que si la alcaldesa de Silleda y sus ediles del PSOE recibieron cualquier aviso, aunque fuese telefónico, sería una falta de respeto. En principio, fuentes socialistas indicaron que no había invitaciones oficiales, pero que se les había indicado que acudiesen como miembros del partido.