La junta de gobierno local de Lalín acaba de aprobar inicialmente el SUE-3 o plan parcial de la Circunvalación, un proyecto que comprende los entornos de las avenidas Xosé Cuiña y de Madrid y en el que se invertirán cerca de 5 millones de euros en su urbanización. El concejal de Urbanismo, Román Rodríguez, que presentó ayer esta iniciativa junto al asesor urbanístico, Javier Bugallo, admitió que la construcción vive un momento "complexo e de crise", pero se mostró confiado en que estará superado cuando esta urbanización esté lista dentro de cuatro años.

Esta actuación, que afecta a 14 hectáreas de terreno, comprende una reserva de equipamiento sanitario de más de 20.000 m2 -donde se aspira a tener un hospital-, una zona verde de 16.000 para ampliar el parque de O Regueiriño, un espacio deportivo de 2.000 en el entorno del Lalín Arena y, como principal novedad, una parcela de 10.000 metros de dotación educativa. Según explicó Román Rodríguez, la intención del gobierno local es ofrecerla a la Consellería de Educación para que pueda construir el nuevo IES Laxeiro y reconvertirlo en el gran centro de la formación profesional en el Deza, como pretende a medio plazo el delegado provincial, Cristóbal Fernández. Rodríguez cree que el solar tiene superficie suficiente, ya que el actual terreno del Laxeiro no llega a los 7.000 metros, y añadió que cuenta con 20.000 m2 de edificabilidad en tres plantas. En este punto, cabe recordar que el delegado le pidió al alcalde, Xosé Crespo, en sus dos últimos encuentros, unos terrenos de 15.000, aunque el edil de Urbanismo cree que esta finca es inmejorable y que debe bastar para las pretensiones de Educación.

Aparte de estas reservas, que incrementarán en gran medida los servicios públicos, los solares puramente residenciales alcanzan los 22.242 m2 con una edificabilidad de 73.766 m2 para un máximo de 671 viviendas. El desarrollo residencial se realizará con alturas medias y los inmuebles tendrán cuatro plantas.

Uno de los principales cambios de la zona está en las avenidas Xosé Cuiña y de Madrid, que cuenta con 20 metros de anchura y pasarán a 30 con cuatro carriles, dos de subida y dos de bajada. Uno de estos últimos estará separado por una mediana de dos metros que servirá para regular los tráficos internos al casco urbano con aquéllos que sean de paso. Por su parte, las aceras de esta particular "Castellana", como la llama Crespo, oscilarán entre los 4 y los 5 metros de anchura, ya que en algunas zonas se necesitará más espacio para el carril-bici, que tendrá una longitud de un kilómetro desde el Alto de Vales hasta O Regueiriño y que atravesará los espacios verdes esparcidos por este enclave. En cuanto al viario, otra de las novedades estriba en la creación de una nueva calle paralela a la avenida central y que se sitúa en las inmediaciones de Donramiro. Este vial servirá para dar acceso, por la parte trasera, a los garajes de los edificios de esa franja.

Esta urbanización afectará también a la rúa do Regueiriño, que desemboca en la Avenida Xosé Cuiña tras una incómoda cuesta y que el concello está meditando en cerrar y al paseo peatonal del Pontiñas. Así, se prevé pasar la citada calle por debajo de la avenida para acceder a un aparcamiento público al aire libro de un tamaño ligeramente superior al Campo da Feira Vello y a la rotonda de O Regueiriño. Mientras, el paseo peatonal dejará de tener un paso estrecho bajo la antigua Circunvalación, ya que se pretende crear una especie de puente de 30 metros que obligaría a subir ligeramente la rasante de la avenida Xosé Cuiña.

En el ámbito cultural, cabe señalar que se respetará el camino del antiguo cementerio desde este camposanto hasta el castro de Donramiro por medio de una senda peatonal integrada en la urbanización, donde por cierto se construirá un edificio singular de dos alturas con contenidos vinculados al patrimonio arqueológico de la zona y de Lalín.

Por otra parte, Rodríguez y Bugallo anunciaron la creación de una ordenanza que recogerá los criterios estéticos, aunque en esta ocasión será mucho más modernos que las directrices clásicas adoptadas en O Regueiriño.

Así, se rematará la rúa da Habana, de esta urbanización, con la misma tipología, pero el resto de edificaciones se harán separadas, de dos en dos, en manzanas de 90m2. Además, cada una tendrá una fachada de unos 34 metros, aunque en algunos casos será superior y habrá zonas verdes privadas de uso público entre cada inmueble. Habrá mucho cristal y las plantas bajas serán espacios diáfanos con porticados y sólo se podrá cerrar el 50% de la superficie. Por ello, habrá menos locales comerciales, pero Urbanismo cree que no será un hándicap, ya que siguen existiendo muchos vacíos en el resto del casco urbano y en ese entorno. En todo caso, el concello está abierto a aceptar sugerencias a los criterios estéticos, pensados para unos edificios modernos y en la adaptación a las pendientes del 8%, durante la fase de exposición pública.

La urbanización también cuenta con otras características técnicas, entre las que destacan los 51.979 metros para sistemas generales, los 66.798 para dotaciones locales y los algo más de 22.000 restantes para uso residencial, con capacidad para 671 viviendas de las que al menos el 20% serán protegidas. Este plan parcial creará 1.526 nuevas plazas de aparcamiento, de las que 760 serán de carácter público. La principal complejidad radica en la división de la propiedad, ya que hay 277 parcelas catastrales que hay que precisar y alcanzar acuerdos para evitar conflictos.