Sólo el 50% de los afectados por la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) en Lalín que fueron expropiados de mutuo acuerdo con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) han cobrado en la actualidad sus indemnizaciones. De este modo, se acumula un importante retraso en los pagos, ya que los trabajos en los tres tramos lalinenses comenzaron hace más de dos años, entre finales de 2005 y comienzos de 2006.

Esta actitud del Adif fue criticada por el concello lalinense, que lamentó la dilación en el abono de las ocupaciones pactas y contrapuso esta situación al proceso realizado en su día para la autopista AP-53, en el que todos los expropiados de mutuo acuerdo percibieron sus indemnizaciones antes de que se procediese a entrar en sus fincas. Al respecto, el concello también ha recibido quejas de los vecinos por el retraso en los cobros.

En otro orden de cosas, las recientes fases de exposición pública de las nuevas expropiaciones en los tramos Abeleda-Baxán, Baxán-Anzo y Anzo-Carboeiro concluyeron en el concello lalinense con una veintena de alegaciones presentadas.

Según explicó el edil de Servizos Rurais, Antonio Rodríguez, estos escritos procedieron en todos los casos de los vecinos, ya que el concello decidió no presentar ninguno, aunque sí los tramitó ante el Adif. La mayoría de las reclamaciones se centraban en cuestiones particulares de mediciones o titularidad, aunque se contabilizaron dos conjuntas, rubricadas por los vecinos de Vilar do Xestal y Bendoiro. Los primeros piden la variación del trazado del acceso para sacar tierra del falso túnel entre la aldea y Noceda, la oposición a que la nueva escombrera se haga en el monte y el compromiso del Adif a no utilizar la zona de casas expropiadas como escombrera, ya que en las inmediaciones hay otras viviendas. En principio, esta última propuesta cuenta con el respaldo del Adif.

Por su parte, los vecinos de Bendoiro alegaron para que la nueva escombrera no se instale en monte Montouto, ya que ocuparía toda la zona alta de la parroquia. Esta petición pensaba cursarla el concello, pero al comprobar que sus pretensiones coincidían con las de los lugareños desistieron en presentar dos reclamaciones idénticas.

Respecto a la posibilidad de recurrir a la Justicia para poner freno a los "abusos" del Adif anunciada por el concello hace un par de meses, Antonio Rodríguez indicó ayer que los técnicos municipales siguen inspeccionando las incidencias de las obras antes de tomar la decisión de presentar o no recurso judicial. "Hai que seguir estudando o asunto e polo momento non hai nada definitivo", explicó el edil. En todo caso, el estudio se centra en accesos, el estado de las vías o los manantiales, aunque en esta último caso se van resolviendo problemas puntuales, como los depósitos nuevos de agua construidos en el lugar de Vilar, en la parroquia de Vilanova.

Finalmente, cabe señalar que los problemas ocasionados por la construcción de esta infraestructura ferroviaria en el concello lalinense son los mismos que antaño, aunque el propio Antonio Rodríguez aclara que "son menos graves" cuando la climatología no es tan adversa como durante el invierno. Así, los camiones dejan menos barro en las pistas municipales y las fincas sufren menos inundaciones, entre otras circunstancias que perjudican a los vecinos.