El Bloque Nacionalista Galego ha conseguido cuatro concejales en Pontecesures con solo 563 votos, lo que sale a 140 escrutinios por cada asiento. Es el precio más bajo de un edil en las comarcas de O Salnés y Ullán en las pasadas elecciones municipales de 2011, tipo del que habrá que partir también hoy pues la variación censal y los pronósticos de participación son muy similares.

El caso de esta localidad ha sido singular en los comicios, tanto que ese número de escrutinios permitió al partido nacionalista de Álvarez Angueira conseguir la alcaldía.

En el polo contrario está Vilagarcía de Arousa cuyo alcalde Tomás Fole costó en aquella ocasión casi diez mil votos pues las 8.054 papeletas del PP eran insuficientes y necesitó sumar los 1.274 sufragios de IVIL que fue el que más "caro" pagó su concejal.

El coste promedio de un escaño municipal en la comarca es de alrededor de 400 votos, cifra que en Vilagarcía se duplica. Cabe recordar que en 2011, tras aplicar la Ley D´Hondt, el concejal número 21 correspondió al Partido Popular con 805 votos, más o menos el promedio de cada uno ya que obtuvo un respaldo de 8.054 vilagarcianos y diez concejales.

Como queda dicho, el más "costoso" fue el escaño que logró Rivera Mallo, de IVIL, con sus 1.247 escrutinios, seguido de EU con 1.901 (a 951 cada uno de dos ediles), PSOE con 4.633 (a 927 por cinco) y BNG con 2.581 (a 860 por tres).

Los datos pueden variar si se tiene en cuenta que en Vilagarcía tienen derecho a voto un total de 30.586 ciudadanos para los que se han dispuesto 48 mesas.

Tras Vilagarcía, es Cambados donde es más alto el número de votantes por escaño. En la capital del albariño se precisan casi 500 votos para obtener un puesto en la Casa Consistorial, si se tienen en cuenta los datos relativos a 2011. Así, los once del PP requirieron 473 escrutinios; los tres del BNG, 580 y los tres del PSOE, solo 461.

En O Grove fue más dispar debido al mayor número de fuerzas políticas que se presentaron, de modo que para el PP, obtener un edil le supuso un promedio de 313 papeletas, lo mismo que al PSOE. Por su parte, el Bloque precisó 601 votos, AMeca necesitó 475 y el PGD, 475..

En los municipios de A Illa se dio un caso especial ya que el PSOE perdió las elecciones frente al PP pero gobernó Manuel Vázquez con el apoyo del BNG. En este caso cada uno de los cinco ediles del PP tuvieron el respaldo de 314 vecinos mientras que los cinco del PSOE solo necesitaron 264 votos. Al BNG le hicieron falta las 433 papeletas totales.

Quien también tocó techo en aquellas elecciones fue Gonzalo Durán que conquistó doce escaños gracias a los 4.261 votos, lo que significa un promedio de 355 escrutinios por edil. Los tres del PSOE costaron 404 y los dos del BNG, 352.

En los municipios más pequeños, la razón es de 250 votos por cada representante municipal, aproximadamente.

Este es el caso de Meaño pues sus diez concejales precisaron el apoyo de 2.415 vecinos, es decir 241 votos cada uno. El PSOE sacó dos con 441 escrutinios y el BNG uno con 348 recuentos.

En Meis, la proporción es similar de modo que cada uno de los trece concejales necesita de esos 250 votos. Así los 9 ediles del PP requirieron el apoyo de 227 vecinos; los tres del PSOE, 252 y el del BNG, un total de 400.

Lo ocurrido en Valga es casi una repetición. Sus diez ediles del PP tienen el respaldo de 2.796 ciudadanos, es decir 279 por cada uno de ellos. Los dos escaños del PSOE requirieron 297 votos cada uno y el BNG logró representación gracias al apoyo de 506 lugareños.

Por debajo de este listón están los datos obtenidos por el socialista Alberto García, en Catoira. El regidor necesitó que los vecinos depositasen 226 votos a cada uno de sus seis concejales. Los del BNG requirieron 240 sufragios y los dos populares un total de 258.

También en la comarca de O Salnés es preciso hacer referencia a Sanxenxo, una localidad en la que cada edil supuso la implicación de medio millar de votantes.

En dicha localidad el PP contabilizó 528 papeletas por cada uno de los ocho escaños, pero a los independientes les tuvieron que dar respaldo 844 vecinos. En la llamada Marbella gallega se dio la circunstancia de que los asientos se tuvieron que repartir entre un mayor número de fuerzas políticas pues ya en aquella ocasión se presentaron dos formaciones independientes. Precisamente la irrupción de "mareas" en algunas localidades como Vilanova, Cambados, Ribadumia o los Independientes de Meaño puede modificar en esta ocasión el "precio" por concejal, si bien influirá muy poco en el resultado general.