La temporada de caza en los montes y cotos de O Salnés viene marcada por la escasez de conejo pero sobre todo por la peligrosa presencia de paseantes y familias en los caminos forestales, muy cerca de las escopetas y los disparos.

Así lo advirtieron ayer muchos de los cientos de aficionados que muy temprano inauguraron la campaña cinegética en los montes de la comarca de O Salnés, en un domingo en el que las buenas temperaturas y la mejor visibilidad facilitaba la actividad al aire libre.

Pero este primer día fue un verdadero fiasco, tanto que algunas sociedades ya piensan en suspender la actividad o incluso valoran realizar capturas a mano en vez de con los cartuchos. La escasez de conejo resulta muy llamativa. "Hay como mucho la mitad del pasado año; sin duda tuvo que producirse una plaga que los haya exterminado porque es extraño no ver ninguno en toda la mañana", expone uno de los cazadores cambadeses participantes en las batidas por los montes de Lobeira y Treviscoso, entre otras zonas.

En el Tecor de Portas también lamentan la situación y argumentan que "la población cunicular está próxima a la extinción en gran parte del territorio gallego". Aseguran en esta sociedad que los cazadores regresaron ayer de los montes "desilusionados" a pesar que que buscaron "con ahínco" y acompañados por sus perros, en las zonas más frecuentadas por las especies de caza menor. Coinciden con sus compañeros de otros colectivos de la comarca de O Salnés en que los conejos, perdices, faisanes y liebres "están prácticamente desaparecidas de los montes gallegos".

En los cotos correspondientes a Cambados, sin embargo, las "especies de pluma" tuvieron algo más de éxito. "Cacé un faisán por la mañana y levanté varias perdices", reconoce Martín Vilas cuando apuraba las dos últimas horas en el monte antes del anochecer. Lo que tiene seguro es que el conejo "tuvo que sufrir un brote demasiado fuerte porque no se ve ni la cantidad que había en diciembre pasado, cuando ya había muy poco", expone como conclusión sobre los resultados comentados por las pandillas que ayer se echaron al monte.

En Portas critican el abandono del monte que causa una gran desesperación entre los cazadores resignados ante la evidente desaparición del conejo en Galicia". Agregan que las causas radican en el abandono del rural, la predación, el hábitat desfavorable, enfermedades de las especies, repoblaciones ineficaces o excesiva presión que "marcan el negro presente" de la actividad cinegética en los montes de Galicia.

De ahí que subrayen que existe una enorme "desilusión y pesimismo" entre los cazadores que además tienen que medirse a la hora de salir con las escopetas y guardar todos los protocolos de seguridad y sanitarios que conlleva la pandemia, con el cambio de hábitos sociales que se han producido.

"Mucha gente elige el monte para disfrutar de una jornada al aire libre de descanso en vez de pasear por las ciudades, lo que ahora cuando ha empezado la temporada de caza nos limita a nosotros pero también supone un riesgo que nos obliga a estar más atentos con las escopetas", indica otro de los participantes en la batida que admite que ya se han registrado tensiones.

Reconocen en las sociedades que en los últimos años si se han corregido otros comportamientos deportivos que interferían en la caza. "Los ciclistas ya no suelen venir al monte ni los domingos ni los festivos en época de caza porque se han concienciado del riesgo y tienen otros días para disfrutar de las pendientes", señalan.

Lo importante esta temporada, concluyen, "es disfrutar cazando", aunque no caigan muchas piezas que llevar al morral.