Ourense es la primera ciudad de España que prohíbe las reuniones de personas no convivientes. Una decisión que tomó ayer la Consellería de Sanidade, a propuesta del subcomité clínico del gobierno gallego, para endurecer todavía más las restricciones impuestas en la ciudad, después de un mes de limitaciones que no surtieron efecto y que, cada vez más, aumentan los contagios en la ciudad.

Ayer, se registraban dos muertes de una usuaria de la Residencia de O Viso, en Lobeira y otro hombre octogenario que aumentan a 19 fallecimientos en esta segunda ola en Ourense y una evolución creciente que, lejos de cesar, se acelera hasta alcanzar ayer los 850 casos activos.

La elevada tasa de incidencia de casos detectados, los rebrotes registrados por las autoridades sanitarias, los casos diarios que continúan en aumento, el alto nivel de hospitalización en planta, el empeoramiento de positivos con diez personas en la UCI y el número de fallecimientos obligan a los poderes públicos a tomar la decisión de prohibir las reuniones de personas no convivientes en la misma unidad familiar, ya sea en lugares privados o públicos.

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, explicó que "Ourense tiene una situación particular ya que el barrio de O Couto y las zonas delimitadas están en nivel 3 de incidencia, mientras que los demás se mantienen en nivel 2. Los locales de hostelería, o aquellos servicios, solamente pueden funcionar o atender a personas que sean convivivientes de una misma familia cuando vayan en grupos. Limitamos las reuniones prohibiendo aquellas que sean de personas no convivientes".

A pesar de las medidas implantadas por el gobierno gallego, la incidencia no baja y Ourense registra datos históricos de una segunda ola que arrastra preocupación de presente y un futuro difuso.